Una campaña electoral sin famosos

Mientras en Estados Unidos «celebrities» como George Clooney o la actriz Sarah Jessica Parker han participado activamente en las campañas de Obama, en España es difícil encontrar en estas elecciones rostros conocidos que avalen el proyecto de alguno de los candidatos. Ni siquiera cuando los políticos aluden a ellos. El sentimiento de admiración de Elena Valenciano por Niña Pastori y Alejandro Sanz parece no ser recíproco. Mientras la socialista incluía «corazón partío» en su lista de canciones favoritas en el marco de las elecciones europeas, el cantante pedía en un encuentro proteger la cultura y la educación «de los devaneos políticos», mostrando su clara decepción con la política y los partidos.

Este divorcio entre política y famosos ha llegado en los últimos años incluso al enfado . La cantante de Amaral tuvo que advertir a Rubalcaba que «la música es de todos» después de que el socialista citara una de sus canciones para responder a un diputado popular: «¿Qué haría usted sin mí los miércoles? Como la canción de Amaral, sin ti no soy nada», dijo Rubalcaba parafraseando al famoso grupo en 2011.

En esta campaña tampoco veremos «debates electorales» en el mundo televisivo. Si en 2011, Belén Esteban confesaba que votaría «a Mariano Rajoy» , mientras su compañero en Sálvame Jorge Javier Vázquez admitió en una entrevista que simpatizaba con Rubalcaba, este año ninguno se ha postulado públicamente por un candidato. Incluso, el pasado abril, la «princesa del pueblo» expresó su simpatía por Albert Rivera (Ciudadanos) en Twitter cuando colgó una foto junto a él afirmando que le «dio buen rollo».

No solo la desidia es la causante del nulo apoyo de las «celebrities» a los partidos. Tras duras críticas, la cantante Russian Red se arrepintió de haber confesado en una entrevista que era «de derechas». Desde entonces, no ha vuelto a hablar de sus preferencias ideológicas.

Los partidos se han quedado sin «musas» en las elecciones del 25 de mayo. La primera en inaugurar esta tendencia fue Norma Duval cuando apoyó públicamente la candidatura de Jose María Aznar a la presidencia del Gobierno en 1996. En 2011, y tras asegurar que la política le había hecho perder contratos, declaró que no le «interesa nada de nada la política ya».

El relevo lo tomó Inés Sastre con una imagen joven, sofisticada y mucho más internacional que el de la «vedette». Hasta el cantante Julio Iglesias se vio atraído por el carisma político de José María Aznar y participó en muchos de sus mítines.

Pese a que España aún arrastra problemas como el desempleo, que podrían crear campañas en las que los famosos se posicionasen a favor o en contra, este año no habrá ningún «club» en apoyo de ningún candidato como ocurrió en 2008 en la Plataforma de Apoyo a Zapatero, en la que figuraban artistas como Miguel Bosé, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina o Víctor Manuel y Ana Belén.

Tras la crisis económica, varios de ellos retiraron el apoyo al expresidente y se dejaron seducir por el desencanto político. Hasta Alfredo Pérez Rubalcaba tuvo su propio «coro» de artistas bajo el nombre de « Ojalá que suceda », una plataforma con un perfil menos mediático que contaba con nombres como el de la la periodista Rosa María Mateos, la actriz Tina Sáinz o el actor y director Fernando Guillén Cuervo.

En estos tiempos de desasosiego, ligar el nombre de un cantante, músico o actor a las siglas de un partido ha dejado de ser una buena estrategia de marketing. La «antipolítica» triunfa también entre los famosos.