La huelga de TAP costará 300 milllones de euros a Portugal

Los ánimos están muy exaltados, pues la iniciativa pone en jaque al Gobierno de Passos Coelho en año electoral. El sindicato de pilotos mantiene la medida de presión a pesar de los reiterados llamamientos de las altas instancias.

Pero ahora la rebelión está en casa. Unos 150 empleados de otras áreas de TAP se concentran este miércoles 29 de abril de forma silenciosa en el aeropuerto de Portela para intentar que se desconvoque la huelga.

«Todo esto no sólo perjudica a Portugal, sino a todo el país», argumentan los trabajadores antes de su angustioso grito humano: «Somos personas de carne y hueso, con niños que sacar adelante, y no queremos que la empresa se hunda porque nos podemos quedar en la calle».

Además, los efectos colaterales están a la vuelta de la esquina, en vista de la extensa duración del plante. Por ejemplo, está prevista la inauguración de una fábrica de móviles Woodone en la localidad lusa de Paredes el día 15 y los responsables de este compañía temen que la alta cancelación de vuelos en las jornadas previas afecte a la puesta en marcha de un proyecto que puede reflotar económicamente la maltrecha zona.

Los servicios mínimos establecen que 276 aviones de TAP circularán esos días, pero la conflictividad latente pone en riesgo la fiabilidad de este dato. Por este y otros muchos motivos, las manifestaciones del 1 de mayo en Lisboa y Oporto pueden estar marcadas más que nunca por la controversia.