El Reino Unido despide «al hombre que convirtió al Santander en un gigante»

En el 2004 la entidad española no existía en el Reino Unido. Ese año desembarcó por sorpresa, adquiriendo el Abbey Bank por 11.500 millones de euros. El sector financiero local arrugó la nariz: un grupo latino intentaba competir en el país de la City, la meca de la banca mundial. En un primer momento, como un gesto de tacto y diplomacia, el comprador conservó la marca británica. Pero en 2010 rotuló ya las oficinas del Abbey como Santander. La expansión se completó con la adquisición de Alliance & Leicester y Bradford & Bingley.

Hoy el Santander es el tercer banco del Reino Unido en depósitos e hipotecas y cuenta con 1.189 oficinas y 26.000 empleados en las islas. «The Banker», la revista especializada mensual del Financial Times, lo ha elegido por tercer año consecutivo tercer mejor banco del país. El periódico salmón británico titulaba ayer: «Muere el patriarca del Santander ». En su perfil afirman que «era un banquero que ponía manos a la obra, escudriñando a menudo préstamos individuales, a pesar de que la institución es propiedad al 98% de inversores externos».

«The Daily Telegraph», el líder de la prensa conservadora inglesa, recuerda que «era uno de los hombres más importantes de España y transformó el Santander desde un pequeño banco regional al banco más grande de la Eurozona». Botín «hizo familiar el logo rojo en todo el planeta». «The Guardian», el diario de referencia de la izquierda, lo despide como «el hombre que transformó al Santander en un gigante» y «uno de los pocos banqueros que se mantuvo en su puesto tras la crisis de 2008».

En su última presentación de resultados, Santander UK anunció que su beneficio ha crecido un 18% en lo que va de año, hasta los 545 millones de libras antes de impuestos. La entidad ha ganado 600.000 nuevos clientes en la primera mitad de este 2014 y es líder en cuentas corrientes. El pasado marzo lanzó una campaña de imagen presentándose su manera de hacer como «simple, personal y agradable». Botín, que nunca fue ducho con el inglés y que como tantos españoles de su generación lo leía casi con la fonética castellana, logró conquistar las islas en el tramo final de su larga carrera.

El Santander, sus oficinas, son una presencia cotidiana en las calles de Londres. Al salir de tu pub de cabecera, siempre activa un poco la fibra patriótica ver la oficina anexa de la entidad, un triunfo del capitalismo español en la sede del poder financiero mundial impensable a finales del siglo pasado. No es la única. Ferrovial controla cuatro aeropuertos, Iberdrola es el líder en energía eólica en el Reino Unido, Telefónica está expandiéndose con su filial británica O2 y las tiendas de Inditex son ya omnipresentes en las mejores localizaciones de las principales arterias comerciales.

El pasado mes de febrero, Santander UK confirmó el nombramiento de Nathan Bostock como nuevo viceconsejero delegado de la entidad. Bostock, que ya había trabajo en el Santander presentó su dimisión como director financiero del Royal Bank of Scotland tras solo diez semanas en el cargo para volver a la entidad de matriz española. Él será previsiblemente el sustituto de Ana Patricia Botín en Londres.