Monfils destapa las carencias de Federer

Quizá fue esa mala actuación del número uno galo lo que hizo que Monfils apareciera en el estadio Pierre Mauroy con ganas de comerse la pista. La distancia entre ambos tenistas, abismal en el ránking y en la historia de este deporte, quedó enjugada de repente con el primer servicio del francés, mucho más entonado que su rival, al que las piernas no le iban.

Un Federer apático y sin energía, llegaba tarde siempre a la pelota. Sin reflejos, permitió hasta nueve saques directos de su rival en el primer set, que fue un visto y no visto para Monfils (6-1).

Más pendiente de su espalda que del rival, Federer deambulaba por la pista. La tierra batida requiere buena dosis de paciencia. Mover al rival de un lado a otro antes de asestar el golpe definitivo al punto. Una paciencia que no exhibió el suizo, empeñado una y otra vez en acabar los puntos por la vía rápida. Como intentando acortar un sufrimiento para el que no estaba preparado.

La reacción no llegó en ningún momento, porque Monfils no se relajó y porque Federer no podía. El helvético no tuvo ni una bola de break en las dos siguientes mangas, resueltas por el francés con aparente facilidad. Y eso, que su servicio fue a menos, con una efectividad mucho menor que la del primer set, aunque suficiente para llevarse la victoria y poner el empate antes del duelo de dobles que se disputará el sábado.

Habrá que ver cómo evoluciona el estado físico de Federer de cara a los partidos del domingo en los que se decidirá el campeón.