Tarde de muchas emociones y detalles de buen toreo en el festival de El Chano

En este singular festejo, actúan como torileros Fernando Romay, Dámaso González... Durante las faenas, cantan María Toledo, Javi Cantero...

De verdad emocionante ha sido el comienzo. El Chano, en su silla de ruedas, hace el paseíllo, delante de las cuadrillas, con el público en pie. Padilla, en su toro, invita a que bajen al ruedo a Antonio Ferrera, con jersey rojo, y al Fundi, con chaqueta azul: los dos banderillean y son aclamados.

Todos los diestros de a pie cortan un trofeo; no más, porque los toros, de varias ganaderías, plantean algunos problemas. El mejor resulta ser el inicial, de Capea: Diego Ventura lo cuaja por completo, mostrando su extraordinario momento, pero falla en la suerte suprema (a caballo y a pie).

El toro de Juan Pedro renquea, es incierto. Juan José Padilla resuelve con oficio las dificultades, logra circulares invertidos y mata con decisión: oreja.

El de Garcigrande sale suelto, vuelve del revés, se deja. El Juli quita por chicuelinas con el compás abierto; hace la estatua, a pies juntos; se lo pasa cerca, por uno y otro lado. Mata a la segunda: oreja.

A Manzanares le toca uno del Pilar colorado, gordo, que embiste con gran clase pero parece lesionarse, durante la lidia. (Caco Senante le canta un tema dedicado a él). Lancea sin apreturas; muletea con mucho gusto y preciosos detalles pero no hay faena compacta porque la res cae varias veces. En la suerte de recibir, mata a la segunda: oreja.

El de Fuente Ymbro es desigual, mansea, está justo de fuerzas. Miguel Ángel Perera muestra su habitual rotundidad; muy seguro, mandón, sin moverse, alarga las embestidas y aguanta parones: oreja.

Talavante mata un toro de Zalduendo que se desentiende de los engaños desde el comienzo, se acaba enseguida. Logra algunos muletazos templados pero la res se para. Pinchazo y estocada: oreja.

El novillo de Alcurrucén es complicado pero Álvaro Lorenzo muestra sus buenas maneras y su temple, con capote y muleta. Pasa momentos de apuro. Mata de estocada y, a pesar de los cuatro descabellos, también corta trofeo. Causa muy grata impresión a los que no lo conocían.

Tarde de muchas emociones y detalles de buen toreo, aunque los toros no salen bravos.

(Lea la crónica completa en la edición impresa de ABC y en Kioskoymas)