España no es país para conciliar
Un 13% de directivas españolas asegura que en su empresa no hay medidas para compaginar trabajo, cuidado de hijos y vida personal
M. j. Pérez-barco
La conciliación en España parece un sueño inalcanzable. Ni para profesionales liberales, ni trabajadoras cualificadas ni sin cualificar, ni para empresarias ni pequeñas autónomas... La mayor parte de ellas reconoce que queda mucho camino por andar. De hecho, las últimas en dar voz a este ... problema han sido las directivas españolas quienes, en un estudio realizado por Adecco —empresa de recursos humanos—, afirman que nuestro país se encuentra a la cola de Europa cuando se trata de conciliar. Así piensan el 70% de las encuestadas.
Y es que aunque existan algunas medidas que permiten compatibilizar un trabajo con el cuidado de los hijos y cierta vida personal (el 86% de las ejecutivas encuestadas así lo reconoce), la mayor parte de ellas las considera insuficientes y la mitad declara que tienen problemas con frecuencia cuando se trata de poner en práctica una conciliación real. En peor situación se encuentra un 13% de directoras que afirma que en su empresa no hay medidas para conciliar, e incluso un 8% asegura que ni se contemplan.
Muchas creen que acogerse a la jornada reducida perjudica su carrera
Adecco ha encuestado a 400 directivas y el 75% son madres. Aunque la mitad afirmó que el hecho de haber tenido hijos durante su carrera profesional no le ha perjudicado (un 20% afirmó que sí había tenido problemas), la mayoría (84%) considera que acogerse a medidas como una jornada reducida puede perjudicar a su permanencia en la empresa o a su promoción profesional. Ese miedo a perder oportunidades de crecimiento profesional trunca muchas veces, o impide, precisamente, solicitar una reducción de jornada.
Una de las opciones más aceptadas entre las directivas para poder conciliar es el teletrabajo, sin embargo existe también un amplio grupo que considera que combinar el teletrabajo con la jornada presencial es el camino. De lo que todas están muy convencidas es de que hay que optimizar mejor la jornada laboral y, sin duda, ninguna duda de que la mejor medida de conciliación es «acabar taxativamente con la prolongación de horarios y la cultura de la presencia, que tanto gusta a los hombres».
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