La Eurocámara tumba el acuerdo antipiratería ACTA por dudas sobre los derechos de los internautas

El comisario de Comercio, el belga Karel de Gucht, que había firmado en nombre de la UE este acuerdo, no ha tenido más remedio que reconocer la situación y felicitarse de que al menos «el ACTA ha creado entre los ciudadanos europeos un debate sobre la importancia de detener el comercio de mercancías ilegales y falsificaciones además de proteger nuestra propiedad intelectual para la economía europea y el empleo» y advierte que el rechazo de los eurodiputados «no cambia el hecho de que la Comisión Europea se ha comprometido a buscar respuestas a las preguntas planteadas por la sociedad europea».

Es decir, que la Comisión mantiene su demanda de una opinión jurídica en el Tribunal Europeo de Justicia de Luxemburgo , al que había llevado en consulta el texto del ACTA. Según De Gucht, el rechazo a la ratificación del tratado y el hecho de que ello confirma que en su actual redacción no podrá entrar en vigor, no anula este trámite. La Comisión anuncia ahora consultas con los socios internacionales, especialmente estados Unidos , para analizar la situación.

El presidente del Parlamento Europeo, el alemán Martin Shultz, ha declarado que el voto de la cámara contra el ACTA « no se ha tomado a la ligera ni es un voto contra la protección de la propiedad intelectual . Por el contrario, el Parlamento Europeo apoya firmemente la lucha contra la piratería y la falsificación, que perjudica a las empresas europeas y constituye una amenaza para la salud del consumidor y para los empleos europeos. La mayoría en el Parlamento Europeo es de la opinión de que el ACTA es una solución equivocada, un sentimiento que comparten millones de ciudadanos europeos» que temen por «su impacto en la privacidad de los consumidores y las libertades civiles, en la innovación y en el libre flujo de información».

Durante el trámite en el Parlamento, millones de personas han enviado correos electrónicos pidiendo su anulación . El ponente del debate, el laborista británico David Martin, se ha declarado «muy satisfecho» porque cree que la ambigua redacción del tratado podría ser utilizada contra las libertades civiles. En el lado de los defensores del ACTA, el popular sueco Christofer Fjellner había pedido aplazar el debate hasta escuchar la opinión del Tribunal Europeo de Justicia.