Rachida Dati, renace la cenicienta
Fue una estrella de la política francesa hasta que tomó el camino del «exilio» europeo. Ahora recupera su trono

Nicolas Sarkozy y François Hollande han «instalado» en el corazón político de sus campañas electorales a dos hijas de inmigrantes marroquíes, convertidas en arquetipos de la inmigración y de la integración «feliz». Rachida Dati (1965) y Najat Vallaud-Belkacem (1977) encarnan dos modelos enfrentados de la mujer francesa: de derechas o de izquierdas.
Sarkozy ha rescatado a su célebre exministra de Justicia Rachida Dati para dar a su nueva campaña el matiz y la imagen de la segunda hija de un albañil marroquí y de una argelina (tiene once hermanos), ambos inmigrantes y pobres de misericordia; alguien que fue capaz de escalar hasta los más altos puestos del Estado gracias a su trabajo. Omnipresente en los estudios de radio y de televisión, de nuevo, Dati se presenta siempre de la misma manera: «Estoy orgullosa de mis valores de mujer francesa de derechas».
François Hollande, candidato socialista a la jefatura del Estado en las próximas elecciones presidenciales, que se celebrarán en dos vueltas, el 22 de abril y el 6 de mayo , ha elegido como portavoz personal a Najat Vallaud-Belkacem , una joven que nació en Marruecos, también hija de un albañil, inmigrante y que creció en un suburbio de una ciudad francesa de provincias, Amiens. El PS la eligió hace tiempo como responsable en asuntos de «sociedad»; es decir, del matrimonio homosexual a la bioética.
El duelo
La pareja Rachida Dati/Najat Vallaud-Belkazem encarna, a su manera, el mismo duelo que la pareja Nicolas Sarkozy/François Hollande en la primera línea de la política francesa. E ilustra de manera evidente las metamorfosis sociales, culturales y políticas de Francia.
Sarkozy premió a Dati con el Ministerio de Justicia, en 2007, por su eficacia como mujer política todoterreno. Ella fue una de las piezas maestras de su equipo hace cinco años. Con el tiempo, la guerra política sin cuartel, la tensión desatada por la ruptura matrimonial de Nicolas Sarkozy y Cecilia Ciganer Albeniz y la erosión política de una ministra de Justicia muy reformista culminaron con un «divorcio amistoso» entre el presidente y la pequeña cenicienta.
Cuando los sondeos siguen pronosticando la victoria de su rival socialista, Sarkozy ha rescatado a Dati para su nueva campaña. Madre soltera y con un hermano inculpado por tráfico de drogas, ella, pese a todo, ha desenterrado el hacha de guerra electoral sin perder nada de su elegancia y encanto, siempre impecablemente ataviada. Se sabe que es extremadamente aficionada a las joyas, a las grandes marcas y al maquillaje, como si de una estrella del mundo del espectáculo se tratara.
«Teórica eminente»
Mientras Rachida Dati luce con orgullo su escarapela de mujer de derechas, Najat Vallaud-Belkazem, por su parte, es presentada como una «teórica eminente» de la integración de los «franceses de la diversidad», que es una manera elíptica de nombrar a los franceses negros, musulmanes y africanos .
Sarkozy estima que Dati puede ayudarle a reconquistar un electorado de hijos de inmigrantes pobres, que tiene mucha importancia en todos los suburbios de Francia. Ella encarna el éxito supremo de esa categoría social. Sin embargo, la exministra de Justicia lleva meses chocando con el primer ministro François Fillon.
Mientras, Hollande estima que Vallaud-Belkacem puede hacerle ganar muchos votos entre muy diversos grupos sociales: inmigrantes pobres, homosexuales, parejas de hecho, partidarios de la adopción homosexual, etcétera. Asuntos que, sin embargo, dividen profundamente a la élite burocrática socialista.
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