Suscribete a
ABC Premium

adrede

¿Quién cuida a los ángeles?

La disminución del personal de enfermería en el Servicio Canario de la Salud a lo único que ha llevado ha sido a dramatizar la responsabilidad asociada a su profesión

chema ayaso

Son mujeres y hombres que forman parte como de una bandada ángeles que pulula por los hospitales ocupándose de un sinfín de tareas para que todo vaya bien. Se les ve mucho pero los valoramos poco y eso que en su currículo podemos encontrar que están entre los mejores formados del mundo para eso que hacen. Son los diplomados en Enfermería.

Ella se llama Alicia, aunque podría tener cualquier otro nombre o estarme refiriendo a cualquiera de sus colegas de cualquier otro centro hospitalario sin que la historia variase lo más mínimo, se llama Alicia y es enfermera del Complejo Hospitalario Universitario Insular - Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria. Inspirada por un amor a su profesión que se percibe incluso en la forma de sus manos grandes y dispuestas, diariamente Alicia llena todas sus tareas de momentos de sensibilidad y ternura porque como ella misma dice, trabajar para curar o simplemente aliviar el sufrimiento de los demás necesita de una entrega total y eso, o se hace llenando de amor los fríos protocolos de actuación, o la enfermería se termina precipitando inevitablemente hacia la pérdida de su aspecto más importante, el factor humano.

Ser enfermera, dice, es una tarea bastante más compleja de la que los ciudadanos aprecian cuando asisten a los hospitales o a los centros de salud. Y digo yo debe serlo porque, aunque estudian para poder ser útiles en todas las dependencias clínicas, la experiencia diaria en un servicio médico concreto es lo que les permite conocer a la perfección las tareas que han de desempeñar para ofrecer así lo mejor de si mismas. Además del trato con los enfermos a pie de cama, continua relatando Alicia, los hombres y mujeres de Enfermería hemos de llevar a cabo otra serie de funciones. Ese aspecto puramente asistencial del trato directo es cumplimentado por otros dos no menos importantes. El docente, mediante el cual se explica a familiares y usuarios todo lo relacionado con la correcta dosificación de los medicamentos prescritos, los tipos de dieta más adecuados, los cuidados, etcétera y, simultáneamente la indispensable función administrativa que permite que la Historia Clínica de cada paciente vaya tomando cuerpo y sin la cual serían imposibles tanto la gestión general de los hospitales, como la coordinación y el seguimiento de los tratamientos, pruebas e intervenciones que los médicos determinen en cada caso.

Sin embargo, desde hace un tiempo, debido a la crisis económica y a la consiguiente reducción de personal, el Servicio Canario de la Salud ha desarmonizado todo esto. Han movido a los enfermeros y enfermeras de sus especialidades y los han convertido en un “servicio volante”. Es decir que, ya no solo no apoyan a aquella especialidad médica que durante años aprendieron a dominar para mayor beneficio de los enfermos, sino que además han dejado de pertenecer a un hospital concreto para pasar a ser parte de una zona. Al habernos dado carácter de “volantes”, continúa Alicia, pueden emplazarnos temporalmente a cubrir cualquier especialidad en cualquiera de los hospitales zonales con lo que ello conlleva de falta de familiarización con las características de cada nuevo destino, con los pacientes de cada área ya que no los conocemos, etcétera, dando todo ello como resultado una preventiva disminución de la efectividad en la dinámica diaria en aras de no perder la prudencia asistencial que ha de encabezar cualquier acción sanitaria. Pero si además, Chema, continúa diciendo, al haber reducido la cantidad de efectivos y mantenerse el mismo volumen medio de enfermos, lo que han hecho ha sido aumentarnos la ratio, es decir el número de pacientes que cada uno de nosotros ha de atender diariamente y, no han tenido en cuenta las características de cada uno de ellos. Todo el mundo puede entender que no es lo mismo atender a diez pacientes, por ejemplo de cardiología, que atender a esa misma cantidad compuesta de cinco quemados, dos de neurología y tres de traumatología.

La disminución del personal de enfermería en el Servicio Canario de la Salud, concluye Alicia, a lo único que ha llevado ha sido a dramatizar la responsabilidad asociada a nuestra profesión y a que todos aquellos aspectos que se nos solían atribuir como virtudes hayan sido tristemente sustituidos por la frialdad y la lejanía en el trato directo con el paciente y sus familiares. Y es que si nos obligan a forzar una sonrisa lo que se obtiene es una vergonzosa mueca.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación