Steve Jarding: «Obama ganará en 2012 por el caos entre los republicanos»

-¿Qué impacto tendrá el mal curso de la economía en la campaña norteamericana de 2012?

-Va a ser un factor decisivo porque las perspectivas no son nada buenas. para el norteamericano de a pie. Aunque Obama cree tener la fórmula, los republicanos controlan la Cámara de Representantes y han dejado bien claro que no van a aprobar la legislación que el presidente considera necesaria para reactivar la economía y crear empleo.

-¿Podría ser entonces uno de los pocos presidentes que no renuevan mandato?

-No lo creo. Barack Obama tiene su mejor aliado en el caos que reina en el bando republicano para elegir candidato presidencial.

-¿A qué se deben esos altibajos tan bruscos en los sondeos de los candidatos favoritos republicanos?

-A que Mitt Romney no es demasiado conservador para unos, y Gingrich o Paul no reúnen las condiciones para los otros. El partido republicano está formado en realidad hoy por dos partidos enfrentados: el Tea Party, que es libertario, y el sector tradicional conservador, apoyado por el mundo de los negocios. Y no se pueden ver.

-¿Cree que el problema en los republicanos se debe solo al choque ideológico, o existe también una carencia de carisma o tirón personal entre los precandidatos?

-Desde luego hay un problema ideológico. El Tea Party predica una libertad casi absoluta y no cree en el Gobierno; las competencias del Estado deberían reducirse solo, prácticamente, a la defensa. Otro problema añadido es que sus defensores acudirán en masa a votar en las inminentes primarias del partido, mientras que los del otro bloque son menos activos.

-Pero Palin no se presenta, y el Tea Party no tiene candidato...

-Técnicamente no, es verdad. Pero van a examinar con lupa si Gingrich o Perry aceptan su ideario. Romney es demasiado moderado para ellos, aunque si hay un empate entre los cuatro primeros él podría salir. Personalmente pienso que sería el rival más duro con el que tendría que enfrentarse Obama.

-¿Qué opina de Newt Gingrich?

-Es uno de los favoritos, pero tiene muchos problemas. El Tea Party apoya plenamente los valores familiares, y Gingrich se ha divorciado dos veces y en condiciones poco claras. Su participación en el pasado en las leyes fiscales tampoco gusta al sector libertario.

-¿Cree que finalmente aceptarán a Mitt Romney como la alternativa menos mala?

-El problema con él es que el sector fundamentalista del Tea Party no votaría nunca por un mormón. Para ellos, en su mayoría evangélicos, los mormones no son una religión. Gingrich despidió hace días a uno de sus principales colaboradores por decir que los mormones son una secta. Por otro lado, Mitt Romney fue en su día partidario del aborto, y ahora es pro-vida; esos movimientos no gustan tampoco al Tea Party.

-En alguna ocasión, los respaldos a uno y otro no han parecido muy coherentes. Herman Cain dejó la carrera, tras haber sido favorito, por las denuncias de acoso sexual de ex empleadas, y sin embargo las bases del partido no parecen conmovidas por el pasado de Gingrich. ¿Ha habido racismo en esta precampaña?

-No creo que influyera el hecho de que Cain sea negro. Lo decisivo a mi juicio es que la historia de Gingrich es conocida, mientras que Herman Cain se presentó como un desconocido para el partido republicano hablando de valores familiares. Cuando hasta ocho mujeres aparecieron consecutivamente en escena hablando de comportamiento incorrecto, y él siguió negándolo todo, el público norteamericano dijo «es demasiado, ya no nos fiamos de él».

-¿Qué ocurre con la líder del Tea Party, Sarah Palin? ¿Por qué prefiere los bastidores a la arena de las primarias presidenciales?

-Ha sido una decisión muy personal. Es sin duda la figura del sector del Tea Party, pero al parecer Sarah Palin advirtió que no iba a tener muchas pobilidades de ganar la presidencia, y tiene sus propios objetivos. Tras su campaña con McCain, Palin hizo muchas declaraciones a la Prensa y cometió muchos errores. Yo creo que es consciente de que muchos norteamericanos no están dispuestos a votar por ella, incluso ya en la etapa de las primarias republicanas. Ahora tiene la vida muy resuelta con sus discursos, por los que cobra unos 100.000 dólares por término medio.

-Algunos medios ofrecen a veces la impresión de que Obama ha ampliado la brecha ideológica en Estados Unidos entre los dos partidos mayoritarios e incluso entre los propios norteamericanos...

-Puede ser cierto en parte, pero no hay que olvidar que el objetivo en cualquier elección presidencial es ganar el voto de los independientes, que significan entre el 30 y el 40 por ciento del electorado norteamericano. En ese panorama, el único candidato que veo capaz de vencer a Obama en noviembre del año que viene es Mitt Romney, porque es el más atractivo para el votante independiente. El problema que éste tiene es convencer previamente al Tea Party y ganar las primarias.

-Usted es demócrata, por trayectoria profesional y por convicción. ¿Qué defecto mayor ve en el presidente Obama?

-Bueno, ha sido incapaz de alcanzar compromisos con los republicanos durante sus años en la Casa Blanca, y como consecuencia tenemos hoy dos partidos muy polarizados. La pérdida de la Cámara baja en 2010 ha sido el precio pagado por el partido en el poder, que en su día lo tenía todo.