Walter Isaacson: «Los ojos de Jobs se llenaban de lágrimas al hablar de belleza»

—¿Cuál fue su primera impresión de Steve Jobs?

— Cuando conocí a Steve en 1984 pensé que era excitante estar a su lado. Tenía una enorme pasión por su nuevo producto, el Macintosh. Poco después se enfadó por un artículo que publicamos, así que desde el principio pude ver las dos caras de su personalidad. Me gustó aunque sabía que era «intenso»

—¿Cambió esa impresión con el tiempo?

—Cuando comencé a entrevistarlo con frecuencia para escribir su biografía, empecé a descubrir lo sensible que era. Sus ojos se llenaban de lágrimas cuando hablaba de aquello que lo había emocionado por su belleza. En una de nuestras conversaciones Steve lloraba descontroladamente mientras me leía una nota que le había escrito a su mujer y le iba a entregar en su aniversario. Se emocionaba mucho al hablar de Laurene. La intensidad de sus emociones era más fuerte que la de nadie que haya conocido.

—¿Hubo algún aspecto de su vida que fuera reacio a compartir?

—No, fue muy abierto, aunque llevó su tiempo.

—¿Cómo fue el trabajo durante su investigación?

—Le entrevisté más de cuarenta veces. Algunas fueron informales mientras dábamos largos paseos o conversábamos en su jardín. La última vez fue a finales de agosto. Por entonces ya le había preguntado todo lo que quería saber. Aun así, siempre me quedará la duda de por qué Steve se abrió tanto para este libro.

—También tuvo ocasión de entrevistar a Bill Gates. ¿Qué descubrió de la relación de Jobs y Gates?

—Bill y Steve mantenían una rivalidad basada en el respeto, pero también eran muy competitivos. Cada uno entendía las debilidades del otro.

—¿Cuáles eran esas debilidades?

—Steve sentía que la debilidad de Bill era que no buscaba el arte, el buen gusto, el diseño ni la belleza. Y Bill comprendió que Steve tenía una personalidad difícil y que no se dejaba guiar por el sentido común.

—De todas las entrevistas que ha realizado estos dos años, ¿quién le ayudó a percibir mejor a Jobs?

—Creo que las entrevistas con Steve fueron las más reveladoras porque él se comprendía mejor que nadie. Pensaba que la vida era un viaje y que sus entrevistas conmigo eran parte de ese trayecto.

—Suena a planteamiento budista. ¿Qué beneficios encontró Jobs en esta religión?

—Le enseñó el poder de la intuición. El budismo también lo hizo capaz de concentrarse en lo que era importante y liberarse de las distracciones.

—De las diferentes personas con las que Steve ha trabajado, ¿quién ha sido su mayor influencia?

—Jony Ive, el encargado del diseño en Apple. Su asociación era verdadera y espiritual. Ambos compartían las mismas intuiciones. Ive tuvo muchas buenas ideas que hubieran sido inútiles si Steve no hubiera estado ahí para acogerlas.

—Ha biografiado a Albert Einstein, Benjamin Franklin y Henry Kissinger. ¿Qué tienen en común?

—Todos fueron pensadores creativos. Steve Jobs no era más inteligente que muchos, pero sí más creativo en su forma de pensar. Eso se aplica también a Einstein, aunque en un nivel de genialidad superior.