Los «agujeros negros» heredados del PSOE

Se debe a proveedores, a bancos; hay pleitos que pagar por impagos reiterados, arcas vacías, falta de liquidez para abonar las nóminas de los empleados municipales... No digamos ya gastos de mantenimiento de instalaciones o edificios. Nada. Aunque los inmuebles se afeen. La pura y simple intendencia, tampoco. No hay para casi nada.

Los alcaldes del PP que han ganado en municipios con larga tradición de gobierno municipal socialista se quejan amargamente. Se lo esperaban, pero no tanto. Más de uno se ha encontrado con amenazas de corte de suministro eléctrico por impago de facturas de la luz durante los dos últimos años, o se han sentido avergonzados por no encontrar con qué pagar actos ya convocados. La ruina. Muchos, dicen los nuevos ediles, se han apuntado al despilfarro y a aquello de «poderoso caballero es Don Dinero», que nos enseñó Francisco de Quevedo.

Entrampados hasta las cejas, los nuevos equipos municipales tragan quina y miran hacia el futuro. Agustín Juárez, el alcalde de Collado Villalba ha dicho: «Estamos ante una hecatombe económica. Un tsumani financiero producido por una gestión anterior sin precedentes, sin ningún tipo de control de gasto, marcada por el despilfarro y el desconcierto presupuestario». Él lo sabe bien: tiene un presupuesto de 65 millones y ha heredado una deuda de 110 millones.

Todos van a encargar una auditoría externa. Económica y jurídica. Quieren saber hasta el último detalle en qué condiciones reales está el Consistorio que han heredado. De momento, no pinta nada bien.

Todos, también, han apostado por un plan de recortes y de austeridad. No queda otra. A partir de ahora, alegrías las justas. Han dejado los coches oficiales. O usan el suyo propio o se apañan con alguno de la flota municipal. Han recortado gastos superfluos y miden hasta el último céntimo. Están poniendo en marcha planes de optimización de los escasos recursos municipales e intentan rentabilizar cualquier dependencia o servicio público.

Seis alcaldes del PP cuentan a ABC la experiencia de su aterrizaje en el Ayuntamiento donde han ganado. Los testimonios no tienen desperdicio. Alguna, como la alcaldesa de Aranjuez, insiste en que gestiones tan dañinas deberían tener un reflejo en el Código Penal.