«Voy a jugar un poco con el caso en el que vivimos»

- ¿De qué habla esta cantata?

- Fàcyl, en general, está dedicado un poco al optimismo, a la alegría, en este momento de crisis. Es ver en la música y en el arte la salvación a los momentos duros que nos toca vivir, algo que está sucediendo ahora. A través del arte y de la imaginación de otros existe la posibilidad de inventar nuevas posibilidades. Voy a jugar un poco con el caos en el que vivimos todos actualmente, y luego abrir un camino hacia la esperanza. Recordando lo que decía Tagore, «cuando nace una criatura es la demostración de que Dios sigue creyendo en el ser humano», surgió la idea de incluir un coro de niños en la obra. En sus voces, y su energía, está la salvación. Ellos son los que pueden cambiar el mundo... Es un poco como la continuación de mi ópera, aunque mucha gente me ha acusado de ser muy pesimista en mi visión sobre las tecnologías, algo que no es cierto. Lo que sucede es que soy consciente de sus peligros. Pero yo soy muy positiva. Siempre hay otra manera de encontrar nuevos caminos. Es a través de los niños cuando en mi obra esa imagen de caos se transforma, la música se transforma. Bieito quería, además, que la cantata fuera una oda a la esperanza, por eso decidí incluir una frase que para mí retratan perfectamente lo que yo quería expresar: «Esperanza, velo invisible, siente lo intangible y logra lo imposible». Esa es la base de mi obra.

- Creo que requiere una gran plantilla orquestal...

Es una orquesta sinfónica muy grande, la Sinfónica de Castilla y León en pleno, más un coro de adultos y una escolanía de niños.

- ¿Cómo recibió Calixto Bieito su idea?

Se entusiasmó y eso supuso una gran alegría para mí. Cuando creen en ti, confíen para abrir un festival tan importante como este, es estupendo. Estoy viviendo un momento muy especial actualmente.

- El estreno de su ópera en el Teatro Real supuso un salto cuantitativo y cualitativo en su carrera...

- Todavía no soy muy consciente de ello, lo son más aquellos que rodean y me lo hacen notar. Había mucha gente que conocía mi trabajo pero mucha otra no, y ahora mi música ha tenido una gran repercusión, y hay una opinión más generalizada sobre ella.

- La página en blanco cosechó buenas críticas pero también malas. ¿Las ha digerido ya?

- Las críticas negativas han ido siempre en un mismo sentido, y es muy discutible ese sentido. Creo que se debe al desconocimiento de una situación en la que la ópera no depende sólo de lo que tu has escrito o pensado, sino que entran en juego otras personas que participan en la creación de una ópera. Y no siempre estás de acuerdo con todas las decisiones que se toman.

- Su cantata, titulada Vitae Mysterium, habla de la esperanza. ¿Existe alguna esperanza de una futura colaboración con Calixto Bieito?

- Hay una gran sintonía entre los dos y me encantaría. Yo creo que sí, es posible que la haya...

- Usted se caracteriza por moverse en géneros muy diferentes como soprano, su otra faceta, del bel canto a la música contemporánea, hace fusiones con la electrónica y su último reto ha sido grabar un disco de música de cine.

- Sí, es un trabajo espectacular que se presentará después del verano. Es algo importante que requiere de mucho tiempo, y no queríamos que coincidiera su presentación con el estreno en el Real. En estos momentos tengo varios caminos con cosas que me ilusionan mucho. He tenido la suerte de convertirme, por mi propia cabezonería —se ríe—, en una artista diferente porque, por encima de todo, necesitaba ser yo, tener mi sello personal. Y aunque muchos me criticaban diciendo que «el que mucho abarca, poco aprieta», me encanta que el tiempo está dándome la razón y me está permitiendo que elija los proyectos que yo quiero hacer.