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El «Caso Faisán», «Caso Rubalcaba»

El Gobierno está a merced de acontecimientos que ya no controla en una investigación judicial dirigida por un juez independiente

NO cabe duda de que la suspensión del juez Baltasar Garzón trastocó las expectativas del Gobierno en relación con el «caso Faisán», que, lejos de quedar archivado y olvidado, se ha convertido en una losa para el vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, ... Alfredo Pérez Rubalcaba. No es cuestión de prejuzgar, porque no hay pruebas concluyentes al respecto, que Pérez Rubalcaba estuviera al tanto de que se iba a producir el chivatazo a la red de extorsión etarra que operaba en el bar «Faisán». Tampoco hacen falta esas pruebas para constatar que se está cerrando el círculo de responsabilidades penales y políticas por lo que fue un acto de traición al Estado y a las víctimas del terrorismo. El instructor del caso, Pablo Ruz, ha recibido nuevas informaciones, incluidas grabaciones desconocidas, que permitirían identificar a quien entregó a Joseba Elosúa, recaudador de la red de extorsión, un móvil desde el que fue avisado de la operación que iba a desencadenarse de forma inmediata. Tales informaciones apuntan a que un funcionario policial, José María Ballesteros, entró en el bar «Faisán» en los minutos en que Elosúa fue alertado.

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