Dramática cogida a Arturo Macías, herido muy grave
El torero mexicano sufrió una cornada en pecho después de dar la estocada. Si pronóstico es muy grave
LORENA MUÑOZ
Arturo Macías pagó con su sangre la oreja que le cortó al quinto. El mexicano es un torero valiente, que se queda muy quieto y que paga un peaje muy alto por su valor. La cornada fue escalofriante. Había estado entregado con el toro que ... se quedaba muy corto en sus embestidas y tuvo mucho peligro. A la hora de entrar a matar se tiró en rectitud y el astado lo cogió por el pecho. Fueron unos segundos interminables desde que el toro lo llevó prendido desde el tercio a los medios y cayó inerte al ruedo.
Oliva Soto, triunfador
La cara fue para Oliva Soto, triunfador del festejo, que salió a hombros por la puerta grande después de cuajar una tarde bastante completa. Cortó dos orejas que pudieron ser más de no malograr con la espada su actuación ante el tercero del complicado encierro de Buenavista. Lo recibió con dos verónicas de bella factura y otras dos enfibradas -después de reponerse de una caída delante de la cara del toro- y rematar con la media.
Transmitió buenas sensaciones durante la lidia y realizó un quite por delantales, una media y el remate a una mano. En la muleta le tragó mucho a un astado peligroso, con el que se mostró muy firme. Comenzó con una serie en las tablas, antes de salir al tercio donde enjaretó varias series con la diestra de mucho mando. Eran de cuatro derechazos y el de pecho, pero con mucha importancia. Lo hizo todo bien menos matar. La espada se le volvió a atragantar cuando tenía el trofeo en la mano.
Después de los momentos trágicos que se vivieron en el quinto con la cogida de Arturo Macías, salió a por todas en el sexto. Oliva Soto firmó en las postrimerías de la corrida los mejores lances a la verónica de todo el festejo. Fue un recibo vibrante, cadencioso y templado que remató con una media y una revolera. La faena de muleta fue muy completa, con muletazos templados de mucho empaque y acompañando la embestida. El sevillano desplegó lo mejor se su toreo, de mucha estética y gusto, rebosándose en cada lance. Convencido de que no podía fallar, esta vez sí, dejó una estocada que resultó más que suficiente para que se le pidieran con fuerza las dos orejas.
Padilla, voluntarioso
Juan José Padilla estuvo voluntarioso y afanoso durante la tarde con un lote que no le permitió hacer demasiadas cosas. Con el primero se le vio templado a la verónica en el recibo a pies juntos y correcto en banderillas, el tercer par al violín. A la muleta, el astado llegó sin muchas fuerzas y colándose por el pitón derecho, por donde tuvo que tragarle más de una. Mejor cuando lo citó en la media distancia ya que el de Buenavista se quedaba corto en el viaje. Estuvo efectivo con la espada.
Al cuarto lo recibió con una larga cambiada de rodillas en el tercio y luego le dio otras dos más para calentar los ánimos. Volvió a cumplir en banderillas pero ahí se acabó la historia. La faena no tuvo emoción porque el astado, soso hasta el infinito, le costaba mucho embestir, no quería pasar mientras que el torero insistía para arrancar los pases.
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