El mito Bourne en tierra hostil
Habría que tener mas confianza en la fuerza habitual del cine de Paul Greengrass que en el hecho circunstancial de que las películas de la guerra de Irak estén de moda. «Green Zone» no ganará el Oscar, a pesar de que contenga una mirada mucho ... peor intencionada y cómoda que «En tierra hostil», y el director de «United 93» y de dos de los títulos de la magnífica trilogía sobre Jason Bourne (el grano de la CIA) no se conforma con reflejar en ella hechos o hipótesis, sino que arriesga una reflexión sobre lo que realmente ocurrió con aquellas armas de destrucción masiva que impulsaron a los Estados Unidos a atacar Bagdad en 2003.
La mezcla de acción bélica y reflexión política, que es como dibujarle una dentadura perfecta a una cara mal pintada, es la especialidad de Greengrass, y si la dentadura es la de Matt Damon (que construyó un Bond sin esnobismo ni petulancia) la idea de Greengrass -sea o no cierta- sin duda resulta muy verosímil. En cualquier caso está basada en el libro escrito por Rajiv Chandrasekaran, director adjunto del Washintong Post en Bagdad.
El suboficial Miller (Damon) encuentra, en vez de las armas de destrucción masiva que busca, un sucio entramado que organizó primero un falso paisaje amenazante y después un complot para impedir la rápida y pactada solución a un avispero de intereses económicos, grupos islámicos y fuerzas de salvación, filmado por Greengrass sobre un magnífico papel pautado de thriller, con un ritmo frenético, con una visualización impresionante (parte de la película se rodó en España), una puesta en escena en la que sorprendentemente se huele el Irak ocupado, el agobio y las dudas y desconfianzas de todo el mundo.
Entre el continuo bombeo de sangre y acción, la película le otorga papeles estelares a actores como la prensa, los servicios de información y las corporaciones beneficiarias de la reconstrucción del país, y traza líneas divisorias entre el propio ejército americano y el pulso entre las camarillas del iraquí. En fin, si hubiera diana, el dardo de Greengrass hubiera dado en el centro.
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