Suscribete a
ABC Premium

Los enemigos del toro

BUENA parte de la grandeza de la fiesta de los toros se la debemos a sus detractores. De ahí que no convenga rasgarse las vestiduras ante la actitud de quienes, en Cataluña, pretenden erradicar un espectáculo que, bárbaro o ecológico, brutal o estético, forma parte ... de nuestras costumbres. A finales del XV, el cardenal Juan de Torquemada -no confundir con su sobrino, Tomás, el primer Gran Inquisidor- ya proclamaba la ilicitud del toreo por lo que tiene de falta contra el quinto mandamiento de la Ley de Dios y, antes y después, la nómina de personajes adversos a la lidia es larga y talentosa. Sin ellos los toros serían poco más que la petanca, un entretenimiento rústico y atlético.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia