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Una foto con Obama

A mí, qué quieren que les diga, pero ese encuentro del G-20, ó 22, me recuerda a los ratones reunidos para conjurar el peligro del gato. El gato, es la crisis económica. Todos están de acuerdo en que hay que ponerle un cascabel. El ... cascabel es inyectar miles de millones de dólares o euros a sus sistemas financieros. ¿Quién se los pone? Obama dice que su país ya lo ha hecho y anima a los europeos a hacer lo mismo. Pero los europeos no están por la labor y ponen distintas excusas para escaquearse. Los alemanes, hartos de pagar las alegrías de sus socios comunitarios, dicen que ya han echado bastante dinero a sus bancos. Los franceses quieren remediarlo con más controles a las instituciones y transacciones financieras. Los ingleses simpatizan con los planes de Obama, pero no tienen dinero para respaldarlos. Los italianos son, como siempre, la alegría de la cita, pero esperan que sea otro u otros quienes paguen la factura. Mientras los representantes del mundo emergente preguntan si van a ser ellos los que tengan que pagar, una vez más, la juerga que se han corrido los ricos. Sin que nadie les responda.

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