El PP Contra el PP
Mariano Rajoy ha abierto una investigación sobre las prácticas de espionaje de la Comunidad de Madrid denunciadas por «El País». ¡Bravo! A los cuatro días de haber comenzado el serial contra Aguirre la dirección del Partido se ha puesto estupenda y ha decidido entrar al ... trapo. ¿Cómo podría tolerar un partido democrático unas acusaciones tan graves en el caso de que estuvieran fundadas? Caiga quien caiga. La Comunidad debía ser investigada inmediatamente. ¿Puede citar algún experto en partidos políticos un caso semejante de objetividad, de imparcialidad, de amor a la verdad, de anticorporativismo? Como en el cine negro los sospechosos han comenzado a ser investigados por una comisión de «asuntos internos». Tan ejemplar está siendo el comportamiento de la dirección del partido que su equipo ad hoc está compitiendo con la fiscalía. La investigación partidaria ha sido justificada por el precedente del caso Naseiro.
Con esta decisión Rajoy ha dado a entender a la sociedad española que Esperanza Aguirre no puede ser juez y parte a la vez. Su pasión por la objetividad y sus obligaciones como líder le obligan a sospechar de la presidenta de la Comunidad. ¿Investigará Cospedal también el espionaje sufrido por González en Cartagena de Indias y averiguará quién proporcionó la copia de los billetes de avión del vicepresidente a Joanesburgo?
Pero ¿qué decir del comportamiento del alcalde de Madrid? Embargado por la emoción de tener en sus manos a Esperanza Aguirre, es decir, a su cadáver político, se ha sumado a las denuncias de espionaje hechas por el Gobierno de la Comunidad. ¡Qué partido!
El serial de «El país«» ha conseguido su objetivo. Porque aunque los dirigentes populares estaban ya en una guerra abierta hasta el punto de resultar insoportable, con este serial el enfrentamiento puede llegar a los juzgados. Se equivocó por tanto Rajoy cuando llegó a creer que a él le iban a favorecer las luchas entre Aguirre y Ruiz Gallardón. Todo lo contrario: el proceso ha venido a dejar absolutamente claro para todos el imposible liderazgo de Rajoy.
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