Suscribete a
ABC Premium

Alambradas

TIENE razón Ibarretxe: hay una alambrada invisible que rodea el País Vasco. La ha tendido el nacionalismo como un silencioso muro de independencia psicológica, para encerrar en su interior el espeso, asfixiante microcosmos de una hegemonía étnica. Y luego ha construido, ya dentro de ese ... campo cercado, muchas más; vallas de coacción, de incomprensión, de chantaje, que compartimentan un laberinto de exclusiones en el que se estabula a los discrepantes y se separa a los diferentes con la precisión minuciosa de un designio político.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia