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El método invisible que usan las tiendas de ropa para evitar los robos

Las alarmas RFID son herramientas imprescindibles en los establecimientos ante los hurtos y amigos de lo ajeno

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Una tienda de Zara Guillermo Navarro
David Sánchez de Castro

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Uno de los grandes retos a los que se enfrentan los responsables de las tiendas de ropa es evitar en la medida de lo posible que los ladrones se lleven lo que no es suyo. Es evidente que los dependientes no pueden tener mil ojos, por lo que la tecnología es un aliado fundamental en la industria textil, más aún en época de rebajas donde se multiplica la afluencia de gente en las tiendas.

Y es que, aunque en resto de establecimientos de cara al público también se pueden usar, en las tiendas de ropa tienen que ingeniárselas para compaginar el elemento clave de la colocación de la ropa y el escaparataje con la seguridad. La ayuda tiene un nombre concreto y unas siglas: RFID.

Y es que hace ya tiempo que muchas tiendas no se quedan solo con el apéndice de plástico, que normalmente se quita en la propia caja, sino que son más sutiles. Es en la misma etiqueta donde se coloca, casi de manera imperceptible, un pequeño chip que apenas destaca y que hace más complicado para los cacos detectarlo y mucho más disimulado para los propios compradores, lo que ayuda a nivel estético.

Las alarmas RFID son «aquellas cuyo funcionamiento está basado en un tipo de señales de radiofrecuencia emitidas por unos dispositivos, que habitualmente se presentan en forma de etiquetas o pegatinas», explican desde Securitas Direct.

El funcionamiento es bastante simple: si una de las etiquetas con una pegatina que tiene una alarma RFID atraviesa el arco de seguridad de la puerta, salta el sistema en forma de una estruendosa sirena y una luz para poner en aviso a los responsables de la tienda.

La tecnología RFID hace que se empareje cada uno de los artículos con una señal única, que enlaza el arco de seguridad con el pequeño chip que hay en las etiquetas. Si se cruzan en el radio de actuación, la alarma se activa.

Son los dependientes de las cajas de cobro los que anulan dicha señal para que, en el momento en el que se permite emparejar cada uno de los artículos del comercio con una señal de radiofrecuencia única, que quedará recogida en el mencionado chip de las etiquetas. Si esa señal no es anulada por los responsables de la tienda en caja cuando se paga el producto, será captada por la antena (que suele estar emplazada en la salida del local), la cual hará que la sirena comience a sonar para alertar de un posible hurto.

Otros usos de la tecnología RFID

Aunque su uso para sistemas de seguridad está muy extendido, hay otras utilidades para esta forma de usar la radiofrecuencia. Ya hay establecimientos que tienen pantallas en sus probadores, que detectan la ropa que el potencial comprador se está poniendo. En caso de necesitar otra talla o color, gracias a la RFID se empareja la etiqueta con la pantalla y se puede comprobar el stock de esa prenda e incluso hacer un pedido en la misma tienda o en otra.

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