La Selectividad no se cambiará este curso pero sí el próximo si gobierna el PSOE
El Ministerio de Educación está dispuesto a hacer la reforma si continúa en el Gobierno; se llevaría a cabo en 2025
La EBAU del curso 2023/2024 no se modifica y será igual que hasta ahora

El Ministerio de Educación ha decidido mantener la EBAU de este curso, tal y como se estaba haciendo hasta ahora. Es decir, sin ningún cambio. Ayer por la mañana y tras una convocatoria de reunión en la que no avisaban de este importante ... anuncio, el departamento dirigido por Pilar Alegría se lo hizo saber a las comunidades autónomas, según pudo saber ABC.
El anuncio se produjo a tan solo dos semanas del inicio de curso de los alumnos de 2º de Bachillerato, que son los que se tienen que examinar de la Selectividad el próximo mes de junio. La decisión se traduce en que la prueba de Selectividad se queda exactamente igual que la del año pasado. ¿Pero por qué entonces es tan importante el anuncio del ministerio? La prueba iba a modificarse pero tras la convocatoria de elecciones se quedó en el cajón el real decreto que debía desarrollar la nueva prueba. El Gobierno ya avisó el pasado mes de mayo que lo aplazaba por «responsabilidad».
Sin embargo, a pocos días de empezar el curso, no se sabía qué iba a ocurrir finalmente con el examen de acceso a la Universidad. «La aprobación de la norma excedería las competencias de un Gobierno en funciones, generando confrontación con las Administraciones autonómicas», explicó Educación en un comunicado. En cualquier caso, según ha podido saber este periódico, el Gobierno está dispuesto a seguir adelante con la nueva Selectividad en el 2025 si finalmente consigue formar Gobierno. «Estaba todo listo, solo a falta de enviar el decreto al Consejo de Estado», han señalado fuentes del ministerio.
El encargado de transmitir la noticia fue el secretario de Estado de Educación, José Manuel Bar, que convocó a los directores generales de las comunidades autónomas y aprovechó para hacer una presentación tras los profundos cambios de gobierno producidos fruto de las elecciones municipales. Algunos de los cambios que se iban a introducir era pasar de los 90 minutos actuales a 105 o que los alumnos pudieran elegir si examinarse de Historia de España o de Historia de la Filosofía.
El aplazamiento de la nueva EBAU ya había generado reacciones el pasado lunes. El consejero de Galicia, Román Rodríguez, envió ese día una carta a la ministra de Educación en funciones solicitando que el Gobierno central paralice la nueva Selectividad. «El Gobierno gallego reclama que se paralice la reforma y que este curso la EBAU se desarrolle con el mismo modelo de los últimos años», declaró el consejero. «La situación política no puede ser una excusa ni perjudicar a los estudiantes». «Ellos, sus familias y el profesorado necesitan certezas en un curso tan importante en su vida», agregó.
Las reacciones a la noticia no se hicieron esperar. «Hubiera sido un despropósito que un gobierno en funciones avanzara en la modificación de la EBAU con el curso empezado. Demorar esa reforma era una petición de Castilla y León y de otras comunidades. La calidad y la certidumbre del sistema educativo son prioritarias: no se puede empezar un curso sin que los profesores y alumnos conozcan cómo va a ser la prueba de acceso a la universidad. Si el Gobierno en funciones hubiera seguido adelante con esa modificación, hubiera sido un atropello», señaló Rocío Lucas, consejera de Educación de la Junta de Castilla y León.
La vicepresidenta segunda y portavoz del Gobierno de Aragón, Mar Vaquero, dijo que la decisión «no es una buena noticia». Vaquero apuntó que la EBAU «tenía que ser una prueba única» para toda España, y añadió que el PP tiene «una posición unánime» a este respecto, informó Ep. Por su parte, el nuevo consejero de la Comunidad de Madrid, Emilio Viciana, celebró la decisión pero «con reservas». «La convocatoria de reunión se hizo de forma atropellada sin incluir en el orden del día ninguna mención a la EBAU; también tenemos reservas en cuanto al contenido: la propuesta que se hace es indefinida y caótica», sentenció.
El sindicato CSIF valoró la decisión del Gobierno. «Habíamos reclamado retrasar un año la nueva EBAU teniendo en cuenta que el alumnado de 2º de Bachillerato iba a comenzar su curso sin conocer los criterios de la prueba». En cualquier caso, agregaron, «la decisión del Gobierno refleja la inestabilidad del sistema educativo. Esperamos que la futura reforma se realice de manera pausada y consensuada en el nuevo ciclo político, con el fin de que haya una EBAU única en toda España».
«Responsabilidad»
En mayo de este año Educación anunciaba que iba a paralizar la aprobación del decreto que desarrolla la nueva EBAU por «responsabilidad». «El Gobierno está en funciones y entendemos que el Ejecutivo que salga de las urnas debe ser el que tome las decisiones; lo hemos hecho por responsabilidad», informaron entonces fuentes de Educación. La nueva prueba iba a entrar en vigor de forma paulatina y los primeros cambios se iban a introducir en el presente curso 2023-2024. Si bien la convocatoria de elecciones por parte de Pedro Sánchez dejaba sin efecto todas las leyes que estaban en tramitación la nueva EBAU emana de una norma aprobada hace tiempo: la 'ley Celaá'.
La nueva prueba, en cualquier caso, ya llegaba bastante cambiada respecto al planteamiento inicial que había hecho Alegría. La ministra se vio obligada a fulminar la prueba de madurez. Con esa prueba se pretendía evaluar en un único examen las asignaturas de Lengua Española, Lengua Cooficial, Lengua Extranjera, Historia e Historia de la Filosofía. Además, contendría 25 preguntas de tipo test o de rellenado de huecos más tres preguntas libres de 150 palabras cada una. Este formato generó la indignación de profesores de Lengua Castellana y Literatura que firmaron un manifiesto en Change.org en el que denunciaron que la propuesta del ministerio «esconde una reducción inadmisible de los contenidos (...)».
De este escrito se hizo eco la Real Academia Española que criticó la disminución de contenidos que los alumnos «deben dominar con el argumento de que han de potenciarse en su lugar las competencias». Alegría ya había tenido que retrasar la implantación de la prueba un año. En diciembre del año pasado la aplazaron al curso 27-28, cuando inicialmente estaba previsto que se aplique de forma definitiva para el 26-27.
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