Alberto Pérez Rojas realiza una Virgen de los Dolores para Nebraska

Tras estas conversaciones los estadounidenses tenían claro como querían la imagen. «Lo más importante que me dijeron es que fuera al más puro estilo andaluz, una dolorosa reconocible de nuestra cultura, pero a mi forma. Para ello me dieron diferentes referencias y fotografías de otros escultores o de imágenes concretas, como el caso de la Macarena vestida de luto» explicó.

De gran belleza y corrección de líneas, se muestra como un tipo diferente de figura mariana en la trayectoria del artista. Esta dolorosa de candelero para vestir posee un rostro de una gran corrección. El óvalo facial, de amplios volúmenes, se acentúa en la mandíbula inferior y en el mentón, logrando un conjunto de extraordinaria fuerza y belleza. El modelado de las facciones, de gran simetría, se encuentra en la difícil frontera de aquellas obras que por su perfeccionismo resultan inexpresivas. A partir de la simetría, el autor altera ciertos aspectos para dotar de gran veracidad el movimiento y gesto del dolor. La mirada elevada, abunda en el dolor y la profusión de lágrimas de cristal (tres y dos) suspendidas a lo largo y ancho de las mejillas, junto con el destacado modelado de las cuencas orbitales propias de quien llora desconsoladamente.

Y es que al verla, los sevillanos se acuerdan de sus dolorosas, no obstante, Juan Alberto Pérez Rojas ha buscado la manera de hacerla propia: «Realmente no existe una dolorosa similar. Podríamos decir que la expresividad recuerda a la Virgen de los Dolores y Misericordia de la Hermandad de Jesús Despojado o a la Virgen de los Dolores de Santa Cruz, pero es una creación propia. No me gusta copiar imágenes; si lo hiciera, perderían su valor artístico» aclaró el sevillano.

En todo el naturalismo que refleja la talla, el autor ha optado por mostrar el modelado del cabello y ambas orejas, lo que diferencia esta imagen de otras realizadas en su trayectoria. «A mi me gusta ser riguroso y crear completa. Este detalle le da una forma naturalista que a su vez estos me pidieron. Además, el trabajo de Antonio Bejarano como vestidor le da ese punto a la hora de vestirla« justificó.

La expresividad del gesto de la boca viene potenciado por el detalle de los dientes y la lengua, logrando un gesto de gran naturalidad; de generosa anatomía, es de una lograda sensación de realismo, gracias al ligero desplazamiento de las comisuras hacia abajo. Concentra el dolor en el entrecejo fruncido, en señal de dolor; los ojos de cristal, refuerzan la naturalidad consultada en el modelado de las facciones del rostro.

La nariz es de anatomía sólida en el entrecejo y se va afinando conforme se desarrolla hacia la punta. Aletas dilatadas y surcos nasogenianos marcados, reflejan una profunda sensación de llanto. Esa sensación se refuerza con un gran estudio anatómico del cuello donde los músculos esternocleidomastoideos marcan la tensión propia del estado doloroso.

La disposición de las manos, abiertas, la izquierda en el pecho donde tiene clavada una espada de plata, recordando el pasaje bíblico de la presentación de Jesús en el templo (Lc. 2, 34-35) cuando el profeta Simeón le dirigió estas palabras a la santísima Virgen María: «…Y a ti, una espada te atravesará el alma«. La mano derecha extendida, refuerza la composición y le aporta mayor dramatismo, recordando los grabados alusivos a la iconografía de la orden Servita que tanta difusión tuvieron en los siglos XVII y XVIII.

La policromía de la figura, de aspecto nacarado, sigue la línea de las obras del autor; de gran limpieza y corrección, acentúa el cariz doloroso de la imagen con matices como las cejas arqueadas, con delicado «pelilleado», el tono carmesí de los labios balbuceantes y el sonrosado de los párpados y mejillas, refuerzan la gran labor desarrollada en el modelado y completa perfectamente la obra.

Finalmente la imagen ya se encuentra en su destino gracias a la colaboración de Amado Miguel con el transporte de la talla. Sin embargo, la empresa no solo ha llevado esta imagen puesto que Juan Alberto Pérez Rojas ha enviado también un Cristo y otra dolorosa acompañada de un San Juan para la parroquia de Springdales en Arkansas.

De este modo, el imaginero sevillano sigue inmerso en proyectos internacionales desde 2021 sigue trabajando con más proyectos en EEUU ya que, según explica, allí también existe devoción. «Es un catolicismo distinto que aquí, pero sigue habiendo mucha fe. Nos ven a nosotros como un ejemplo, por eso digo que no somos conscientes del pasado, de lo que ese pasado está influyendo en nuestro presente y el futuro que nos espera. Nuestras imágenes son un tesoro, son ilusión, son vida y es algo que quieren transmitir también en EEUU« explicó