Cuáles son las maneras más baratas de calentar el hogar este invierno
Existen muchas opciones y tecnología para adecuar el termómetro cuando llegue el frío, pero no todas son igual de económicas ni sostenibles
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El tiempo está cambiando y las temperaturas empiezan a parecerse más a las propias de un mes de octubre, casi noviembre, y a un otoño avanzado. Los termómetros empiezan a reflejar que abrigarse ya es una opción más que válida para muchas personas, por lo que conviene ir pensando en adecuar los hogares a la llegada futura del frío.
Y claro, con la electricidad y los combustibles a unos precios que sin duda pueden verse afectados cuando lleguen esos registros más gélidos, conviene estudiar cuales son las maneras más baratas de calentar el hogar en el momento en el que el invierno llame a la puerta.
Está claro que influyen varios factores a la hora de elegir un método de calentar una casa, pero hay algo que es básico para que el punto de partida sea el mejor: un buen aislamiento del hogar. Unas ventanas y puertas que frenen la entrada del frío (o el calor en verano), ayudan a la eficiencia energética y a crear una temperatura dentro del hogar que necesite de pocos suplementos para su adecuación a las circunstancias. Obviamente, tampoco es lo mismo el frío que hace en el norte de España que el que pueda hacer en el sur.
Un estudio comparativo
Ante el gasto que puede suponer calentar un hogar, que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) cifra hasta en 750 euros anuales, la propia OCU realizó un estudio en el que ofrece las distintas alternativas para calentar el hogar, de las más baratas a las más caras, en un espectro en el que se encuentran bombas de calor, calefactores, estufas o radiadores.
El estudio realizado para medir las diferentes formas de calentar una casa ha tenido en cuenta una vivienda media de 90 metros cuadrados; y se toma como valor el resultado del gasto por hora de la relación entre el precio de compra y el tiempo.
Estufa de biomasa (pellets)
Aprovechan los residuos orgánicos de las podas o los huesos de aceitunas, por lo que es una opción sostenible. Suelen usarse con sacos de pellets, que en ocasiones dificultan su almacenaje, pero son una opción económica de calentar el hogar, ya que tiene un coste de unos 545 euros al año. Tiene como inconveniente que necesita una salida de humos al exterior y la limpieza que implica recoger los restos de ceniza.
Bomba de calor
Se trata de los típicos splits de aire acondicionado o de sistemas de aerotermia aire-agua, que calientan el agua de un circuito, similar a lo que hace un caldera. Tiene como ventaja que son muy eficientes, con un coste de unos 455 euros al año, y sirve también para refrigerar en verano. En cuanto a los inconvenientes, está que necesitan unidades exteriores y que, en el caso de la aerotermina aire-agua, implica un fuerte desembolso inicial.
Caldera de gas
Es la tecnología más usada en España, si bien la mayoría no son de condensación, lo que provoca que pierdan eficiencia. Apropiadas para zonas frías, son la mitad de costosas que los radiadores eléctricos convencionales (unos 683 € al año). Entre los inconvenientes, su coste de instalación y que necesita acceso al gas canalizado.
Acumuladores y radiadores eléctricos
Funcionan consumiendo electricidad para calentar unas resistencias eléctricas, pero son recomendables para segundos hogares en los que no se les vaya a dar mucho uso. Y es que, aunque no demanda una inversión inicial muy alta, lo cierto es que los radiadores convencionales gastan unos 1.255 € al año, mientras que los acumuladores unos 1.046 €.
Sistemas eléctricos convencionales
En este apartado entran los pequeños electrodomésticos para calentarse como calefactores, convectores, radiadores y estufas. Todas devuelven la energía que consumen pero tienen costes que difieren según su potencia y precio. El gasto es el siguiente: calefactor (0,46 €/hora), convector (0,46 €/hora), estufa halógena (0,276 €/hora), radiador de aceite (0,575 €/hora), estufa de butano (0,453 €/hora) y estufa de parafina (0,902 €/hora).
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