Juan y Medio habla por primera vez sobre su madre: «Tiene 88 años y estudia inglés»
Con emoción y orgullo, el presentador revela la inspiradora historia de su madre, que a su edad sigue aprendiendo y viviendo con ilusión
Un hombre de 86 años va al programa de Juan y Medio a buscar novia y deja a todos sorprendidos: «Hago siete kilómetros todos los días»
Sevilla
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Iniciar sesiónLa familia, ese refugio silencioso que da sentido incluso a las vidas más públicas. Para quienes están constantemente expuestos a las cámaras, el apoyo de los seres queridos no solo es esencial, sino vital. Y entre todos los vínculos que pueden sostener a ... una persona, el de una madre suele ser el más profundo, el más visceral, el más permanente.
Este fin de semana, el carismático presentador Juan y Medio emocionó a la audiencia de 'El Show' de Canal Sur con un testimonio sincero, íntimo y profundamente humano sobre su madre. Lejos del humor que lo caracteriza, Juan abrió su corazón para hablar de quien considera el pilar absoluto de su vida.
«Yo en el momento en el que no estoy trabajando, si puedo, estoy con mi madre. Yo desayuno con ella, como con ella, ceno con ella... y duerme conmigo.»
La confesión, inesperada y cargada de ternura, hizo que el plató se sumiera en un silencio respetuoso. El presentador del programa, visiblemente sorprendido, le preguntó si su madre vivía con él. Juan respondió con naturalidad: «Ella vive en Madrid. Yo viajo a Madrid, paso con ella el fin de semana, la recojo en su casa y cojo a mi sobrino, que es su único nieto, y nos vamos los tres.»
@canalsur 🎙️ “Mi madre es un portento” — Juan y Medio. Con esa mezcla suya de humor y ternura, nos regaló este momentazo en El Show. Habló de su madre, de cómo los educó y de lo que significa tener referentes así ❤️ El programa completo está en CanalSur Más #JuanYMedio #ElShowCSur #Madres #HumorConCorazón #CanalSur
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Lo que podría parecer una rutina familiar se convierte, en boca de Juan y Medio, en un acto de amor consciente y comprometido. Su deseo, según confesó, es que su sobrino crezca con el recuerdo imborrable de su abuela: «Yo quiero que mi sobrino guarde siempre en su memoria el recuerdo de mi madre. No puede ser que mi madre no entre en el alma de mi sobrino. Mi sobrino tiene que aprender valores que le va a transmitir mi madre, que son eternos y esenciales.»
La figura materna, en su relato, adquiere una dimensión casi heroica. Juan no escatimó en halagos y gratitud hacia ella: «Mi madre es una persona que jamás ha ofendido a nadie, no ha hablado mal de nadie. Ha sido farmacéutica, inspectora de farmacia por oposiciones, ha criado a tres hijos, es la mejor cocinera que conozco, la que mejor puede llevar las labores de la casa. No hay cortina que no haga, no hay mancha que no quite. Estudió inglés, llegó hasta segundo de Medicina. Mi madre es un portento.»
Este momento, cargado de emoción, sirvió como recordatorio de que, por muy alto que se llegue, siempre hay una raíz que nos mantiene en tierra. Y en el caso de Juan y Medio, esa raíz se llama mamá.
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