El poder desgasta... a quien no lo tiene

Se confirma la tendencia, constante aunque moderada, de erosión de la mayoría absoluta del PP. Es lógico; el poder desgasta. No obstante, en mitad de mandato, se mantiene en la mayoría absoluta con un colchón de dos a cuatro escaños, si bien en invierno era de seis a ocho, y en primavera de cuatro a seis. Y Juanma Moreno conserva un aprobado holgado, aunque también se va dejando décimas. La perspectiva de perder el poder es cero, porque el bloque de la izquierda apenas alcanza los 40 escaños. Y sin duda en el PP saben que el poder desgasta… pero sobre todo al que no lo tiene, como le gustaba decir al malévolo Giulio Andreotti.

La muy mala noticia para el PSOE andaluz es que la trabajosa erosión de la mayoría de Juanma Moreno no los saca del pozo de los 30 escaños, y en el mejor de los casos podrían ganar dos. Hasta ahora Juan Espadas ha respondido afirmando que estos sondeos tienen «credibilidad cero», pero se extiende a su alrededor la idea de que la credibilidad cero afecta más a su liderazgo que al barómetro.

En la dirección del PSOE andaluz tratan de rehuir la autocrítica sobre su incapacidad para capitalizar el malestar creciente, pero el barómetro refleja que el antiguo votante moderado del PSOE que creyó en Juanma Moreno, no regresa. Espadas se niega a entrar en el lastre del Efecto Sánchez con su agenda volcada en Cataluña y País Vasco para amarrar las costuras del Frankenstein; y entretanto cada visita de María Jesús Montero, la cara chusca del sanchismo, sólo ayuda a que esos antiguos votantes socialistas no vuelvan al PSOE. Parece que el descontento con el sanchismo pesa más que el descontento social, y que no cuajan los planes de Pedro Sánchez de recuperar Andalucía para asegurarse la continuidad en el poder. Al ritmo actual, llevaría décadas.

El paro es el primer problema para uno de cada tres andaluces en respuesta espontánea. Le siguen, ya muy lejos, en torno al 10%, la sanidad y la vivienda, con una subida significativa mientras crece el debate público. Y son los tres problemas más mencionados si se pregunta por lo que afecta personalmente, a diferencia de la inmigración. Con todo, la oposición sigue volcada con la sanidad. Y Juanma Moreno ha entendido que no tiene sentido limitarse a proclamar cuánto ha aumentado la inversión si los ciudadanos sufren. «Jamás hemos negado que haya problemas enquistados como la atención primaria o las listas de espera», decía esta semana en la Junta Directiva Autonómica del partido, aunque añadía «es categóricamente falso que la sanidad pública esté peor que hace cinco años. Hemos mejorado en todas las ratios en Andalucía. Es una mentira que repiten una y otra vez». También Elías Bendodo enfatizó que desde la llegada del PP en 2019 «hay 64 infraestructuras sanitarias y 4500 médicos más en Andalucía». Y es así, pero aciertan si asumen que esos números no calman. De hecho, el presidente convino que «no hay ningún barómetro que supere a estar en la calle, que ahí es donde se hacen las críticas. Y yo las escucho».

Esa actitud es importante, pero un gobernante se examina de sus resultados más que sus actitudes. Y Moreno lo sabe. De hecho, enseguida añadió un mensaje: «tendremos que tomar decisiones difíciles para que las cosas funcionen. A veces, para hacer una tortilla hay que romper unos huevos, pero siempre pensando en el interés general, en los andaluces». Habrá que ver cuáles son esas medidas difíciles, porque efectivamente para hacer una tortilla hay que romper algunos huevos, y no a veces, sino siempre.

El PSOE andaluz ha ensayado esta semana un ejercicio maravillosamente ridículo. Ha inventado un mapa de la corrupción sanitaria para viralizarlo en redes. Es más falso que el feminismo de Errejón. Mientras se publican esquemas de la Trama Koldo-Ábalos, con un diagrama de flechas que representan la red de actores y negocios turbios a través del nexo corruptor de Aldama, por allí a los hidrocarburos, por aquí a las mascarillas, por el otro lado Air Europa… en el PSOE alguien ha tenido la brillante idea de hacer esto mismo con el informe de la Intervención sobre los contratos sanitarios. Es un camelo, una absoluta pantomima. Con el rótulo de 1500 millones y 'el mayor caso de corrupción sanitaria', llenan el gráfico de flechas para simular una trama compleja, una organización criminal, pero las flechas no llevan a nada. Son flechas de adorno para impresionar. Ya se verá el recorrido de este asunto, pero esto del PSOE no es más que un timo bastante burdo, un engaño para que pique su clientela.

En fin, si en el PSOE creen que con este camelo van a poder engañar a sus votantes, sin duda queda muy clara la idea que tienen de la inteligencia de sus votantes.