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Las emociones de la explotación forestal

La vida de un árbol es una aventura. Ha sobrevivido a diez consejeros y quince concejales. Al verano ardiente y al invierno helado. A una legión de ecologistas y a miles de cicloturistas. Al avispón chino y al dominguero cochino.

Las emociones de la explotación forestal BARCA

Álvaro Zuleta De Reales

No es lo mismo. No se parece en nada tener una finca agrícola, ya sea secano o regadío, a tener una explotación forestal. En el primer caso, el propietario toma una decisión y, al cabo de un año, como mucho, ya sabe si la cosa ... funciona o no. En una temporada o menos, recoge los frutos de la decisión. Eso no pasa cuando se trata de árboles.

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