El renacer de la energía nuclear tras el tsunami en Japón

La energía nuclear afronta este nuevo año como decisivo para demostrar si es un modelo energético caduco, de transición hacia las renovables o imprescindible. Para María Teresa Domínguez , presidenta del Foro Nuclear , hay motivos para la esperanza ya que «cada dos años tenemos crisis del petróleo y España tiene una gran dependencia de la energía fósil. Sin recursos propios, la seguridad de suministro va a ser una prioridad. Desde esa perspectiva, entendemos que 2012 va a ser muy positivo para la energía nuclear en España».

La crisis provocada por el tsunami que afectó a tres reactores de la central nuclear de Fukushima I, la peor desde Chernóbil , representó un antes y un después para la energía nuclear. El accidente provocó una reacción en cadena mundial de protestas, medidas de control para las centrales y anuncios de cese de actividad de reactores. En verano, el Parlamento alemán aprobó el cierre de todos sus reactores para 2022.

En Francia , el país más nuclear de Europa junto a Finlandia , antes de Fukushima, dos tercios de la opinión pública apoyaban la energía nuclear, informa Newsweek . Menos de un año después del accidente, un 62% está de acuerdo con un progresivo apagón. Sintiendo este cambio en la dirección de la mayoría y ante las presidenciales de mayo, el candidato socialista François Hollande ha propuesto reducir en un tercio la contribución de estas centrales en 2025.

Los ecos del tsunami llegaron también a nuestro país para dar fuerza a aquellos que defienden que el reactor de la central de Garoña -cuya tecnología, de agua ligera en ebullición es análoga a la de Fukushima- debe cesar su actividad en 2013 al haber sobrepasado su vida útil de 40 años . La crisis económica llevó al gobierno de Zapatero a modificar radicalmente su postura, que en 2009 apostaba abiertamente por las renovables en detrimento de los hidrocarburos, y por el cierre paulatino de las nucleares. «Sólo hay una central en construcción en el mundo, está en Finlandia y va con retrasos y sobrecostes», afirmó el entonces presidente en televisión.

Raquel Montón, responsable para energía nuclear de Greenpeace , que para 2012 desea «el cierre de las centrales nucleares», parece manejar las mismas fuentes que Zapatero al opinar que «tras el accidente de Fukushima, la caída de inversiones en energía nuclear en muchos países del mundo es una evidencia comprobable. Por poner un ejemplo, en Finlandia no encuentran cómo financiar el presunto proyecto de su nuevo reactor. Y otros ejemplos son Alemania, Suiza o Italia », que ratificó su rechazo a la instalación de nucleares en su territorio.

El reciente cambio de Gobierno ha representado un buen soplo de aire para los pro-nucleares. «Conocemos que, por ideología y convencimiento energético, está a favor», dice Domínguez. El año 2011 se despidió con el inesperado anuncio, adelantado por ABC, del emplazamiento en Villar de Cañas (Cuenca), del Almacén Temporal Central (ATC) para residuos radiactivos de alta actividad.

Respecto a Garoña no hay aún una decisión formal tomada, pero no parece lejana. Sáenz de Santamaría anunció en el primer Consejo de Ministros del año que pedirán al Consejo de Seguridad Nuclear un informe técnico de evaluación de la central para estudiar la prolongación su vida útil. Un mero trámite, ya que un informe del CSN había recomendado al ejecutivo anterior extender la actividad en Garoña hasta 2019 .

Para Montón, «el caso español es sorprendente ya que el gobierno apuesta por prorrogar la vida de una de las centrales más viejas de Europa, sin conocer todavía si puede superar las pruebas de resistencia, sin conocer los informes del CSN, y con la razón de que esto va a remediar parte de uno de los mayores problemas que tenemos en España, el déficit de tarifa. Algo que, por supuesto, no va a ocurrir».

Actualmente, 63 reactores nucleares están siendo construidos en el mundo. Según datos de la Organización Internacional para la Energía Atómica , en 2011 se conectaron a la red seis nuevos reactores: dos en China y uno en India, Pakistán, Irán y Rusia . Además, se inició la construcción de dos reactores en Pakistán e India y dejaron de funcionar 13 (cuatro en Japón, uno en Reino Unido y ocho en Alemania). En total, hay 435 reactores nucleares funcionando, ocho de ellos en nuestro país.

Según los datos de cobertura de la demanda de electricidad en 2011 avanzados por Red Eléctrica Española , la energía nuclear se ha situado a la cabeza cubriendo el 21% de la demanda , un 1% menos que en 2010. «El descenso es simplemente coyuntural, la energía nuclear funciona así, siempre que las centrales están disponibles, operan a la máxima energía posible. Es el motor base del sistema eléctrico. El descenso o el aumento anual se deben a la aportación del resto de energías», dice Domínguez.

Es un liderazgo ficticio, ya que responde a la caída en la generación de energía hidráulica y procedente de ciclos combinados, caída que se ha cubierto casi íntegramente con carbón , que ha doblado su producción, de 22.100 a 43.400 GWh en un año. Para Domínguez, «el aumento en el carbón se debe al decreto ley para favorecer la quema de carbón nacional, pero como hemos visto va en contra de las emisiones y quizá es una de las cosas que el gobierno tendría que reconsiderar», pues las emisiones en España en generación de electricidad aumentaron un 25% durante 2011.

La decepción por la cumbre de Durban «es una mala noticia para todos», dijo Mariano Rajoy en su discurso de investidura. Muchos vieron en este fracaso una oportunidad para la energía nuclear, ya que por su estabilidad, menor coste frente a las renovables y cero emisiones de CO2 disfrutaba de una posición privilegiada para afrontar ambas crisis: la económica y la climática.

Para la representante de Greenpeace, «el fracaso de Durban no favorece los planes de avance de la nuclear, sino que va a ahogarla. Los gobiernos dicen que se toman más tiempo, que el carbón y el gas se pueden seguir quemando, y eso no ayuda a los planes estratégicos de las nucleares, que quieren venderse como limpias. Si Durban no ha supuesto un no rotundo a esta tecnología, sí que ha sido un puntapié tremendo».