Los científicos también piden la auditoría de los programas de reintroducción de especies amenazadas

Ferrer dirige el proyecto de reintroducción del águila imperial ibérica en la provincia de Cádiz, así como la del águila pescadora en Cádiz y Huelva. En la actualidad, el científico también preside la Fundación Migres, que ha querido, «en un ejercicio de transparencia», mostrar los datos de su trabajo.

El águila imperial ibérica -la rapaz más amenazada del planeta-, Aquila adalberti , se extinguió en Cádiz en la década de los 50 del pasado siglo. La Junta de Andadlucía y el CSIC observaron desde su inicio los protocolos de actuación del proyecto de reintroducción de la especie en la provincia, que fue elegida por constituir un punto estratégico de conexión para las poblaciones de águila imperial aisladas en el sur de España .

Hasta ahora se han reintroducido un total de 72 ejemplares de águila imperial ibérica, todos ellos pollos con altas posibilidades de morir por falta de alimento, agresiones entre hermanos, muerte de adultos, caída de nidos, etc.

El CSIC informó hace un año del nacimiento de los dos primeros pollos en Cádiz. Ahora hay dos parejas asentadas en la zona.

El proyecto, puesto en marcha en 2002, fue discutido y apoyado por más de 450 especialistas de 35 países en el Congreso Internacional de la Raptor Research Foundation en Sevilla en 2001. En estos momentos, además, está nominado para el premio Tom Cade que otorga la RRF (Estados Unidos) al mejor proyecto de reintroducción del mundo .

Ferrer y otros autores han publicado recientemente un artículo en PLoS ONE en el que, comparando los datos de los últimos 35 años, analizan el efecto de la corrección de tendidos eléctricos en las poblaciones de águilas imperiales ibéricas. Los resultados indican que, tras la promulgación de los primeros decretos de protección de aves en tendidos por parte de la Junta de Andalucía en 1990 , la corrección de los apoyos peligrosos para las aves y la regulación del tipo de poste permitido en los tendidos eléctricos de nueva construcción han conseguido una reducción de la mortalidad del 97% en el entorno de Doñana y de más del 62% en el resto de Andalucía, con un valor medio cercano al 80% de reducción de muertes, a pesar del continuado incremento en el número de kilómetros de líneas eléctricas durante los últimos 20 años.

Además, el estudio demuestra que la adecuación de tendidos eléctricos, siguiendo las recomendaciones del CSIC , ha sido el factor que más ha contribuido al crecimiento de las poblaciones de la especie: el 80% del incremento de parejas se explica por el descenso de mortalidad por electrocución; tras la corrección de las líneas eléctricas, la población total de águila imperial ha pasado de 103 parejas en 1983 a 286 parejas en 2010 , y de 22 parejas a 60 parejas en Andalucía, alejándose paulatinamente la especie del riesgo de extinción.