Un festín de frutos para mejorar el hábitat del oso pardo

La comarca minera muestra actualmente la evolución de los plantones sembrados durante el invierno , con los que se pretende alimentar durante el estío, cuando la comida más escasea, a unos 180 ejemplares de oso pardo de la población occidental cantábrica, la más prolífica en plantígrados.

En un acto celebrado ayer en la comarca leonesa de Villablino se presentó el programa «Mejora del Hábitat Osero en Entornos Mineros Degradados», promovido por la Fundación Oso Pardo (FOP) y la Fundación Banco de Santander (FBS), que lo financia con 110.000 euros.

El director de la FBS, Borja Baselga, ha destacado que el objetivo es crear puntos de alimentación naturales adecuadamente repartidos por el territorio y conectar el corredor ecológico que existe entre las dos poblaciones oseras (la zona cantábrica oriental y la cantábrica occidental ) para favorecer la expansión de la especie a lo largo de toda la cornisa cantábrica.

Una siembra en manos de jóvenes desempleados

La siembra, de forma manual, corrió a cargo de diez jóvenes desempleados de la comarca, que durante los meses de invierno plantaron variados tipos de frutales, como el cerezo, manzano y mostajo; elegidos por su carácter autóctono y por el papel que desempeñan como fuente altamente nutritiva para el oso pardo.

La subpoblación osera occidental, que se distribuye por 2.800 km2 y es la más importante en cuanto a números de individuos, se extiende por los monte del Alto Sil, Asturias y en ocasiones Lugo ; la oriental, por su parte, abarca Cantabria y las montañsa palentina y oriental leonesa y cuenta con una menor presencia de este animal.

Ambas poblaciones oseras, separadas geográficamente, tienen también características genéticas diferenciadas , aunque existe un incipiente y reducido intercambio demográfico que potencia la variabilidad genética.

Los efectos de la crisis

Guillermo Palomero, presidente de la FOP, ha explicado la importancia de la recuperación del oso pardo en la cordillera cantábrica, que se ha triplicado durante los últimos veinte años .

A su juicio, el aumento viene marcado por la «paz social» que se ha logrado entre los vecinos y por el descenso de los furtivos , del veneno y los lazos para cazarlos, así como por la disminución de la consanguinidad .

Palomero ha insistido en la necesidad de organizar un «protocolo de actuación» ante osos familiares (los que no tienen miedo al humano) y problemáticos en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente y las siete comunidades donde habita el oso pardo - Cataluña, Navarra, Aragón , Asturias, Castilla y León, Cantabria y Galicia-.

Desde la FOP han alertado del riesgo que supone para este plantígrado la crisis económica, que dilata hasta dos años el pago a los ciudadanos de las indemnizaciones causadas por los daños cometidos por el oso.