Finalizan las vistas orales del juicio en La Haya sobre el programa científico nipón de caza de ballenas en la Antártida

Desde finales de junio ambos países han expuesto ante los 16 jueces de la CIJ sus enfrentadas posturas. Australia estima que Japón puede llevar a cabo su supuesto programa científico Jarpa II -que estudia el modo de vida y el contenido de los estómagos de estos mamíferos marinos- sin matar ballenas. Y ha acusado a Japón de obtener beneficios económicos de la venta de su carne, tal y como indicó el vocal de la delegación australiana Bill Campbell, quien señaló que Jarpa II, amparado por la Comisión Ballenera Internacional , ha acabado con la vida más de 10.000 ejemplares desde 1987. Un año antes, en 1986 la CBI había establecido una moratoria internacional para la caza de ballenas.

Uno de los abogados del Gobierno japonés, por su parte, condenó la actitud de Australia, pues trata, en su opinión, de imponer sus «normas morales» al resto de países, algo que Japón ha considerado una «afrenta contra su dignidad nacional». Australia, además, «duda de la búsqueda científica de Japón y hace campaña en contra de la caza de ballenas». Por ello, el letrado recordó a Australia el artículo 8 de la Convención, que no requiere que se dé un «consenso científico» dentro del Comité Científico de la CBI, basta con que exista un «propósito científico» en los planes presentados por parte de sus miembros.