Neumáticos mal hinchados, desgaste, consumo extra y riesgo

Los neumáticos con inflado deficiente se deforman mucho más en cada giro, planteando una mayor resistencia al avance. Esto exige un esfuerzo extra para el motor y genera un desgaste prematuro en los «hombros» y del dibujo de la banda de rodadura.

La deformación incrementa la temperatura de funcionamiento del conjunto y acelera su envejecimiento, debilitando su resistencia a los pinchazos y a los impactos con cualquier socavón.

Circulando así, los riesgos de reventón llegan a multiplicarse por tres en aquellos automóviles que equipan cubiertas con presiones hasta 0,5 atmósferas por debajo de lo recomendado por el fabricante del vehículo, según Grupo Andrés .

Los neumáticos con más kilómetros sobre sus lonas y con presiones más bajas son especialmente derrochadores de carburante, y potencialmente más peligrosos. El envejecimiento de estas cubiertas se acelera al rodar sobre asfaltos recalentados, aumentando su vulnerabilidad a pinchazos y reventones.