Un 23% de las averías de invierno se produce por fallos en la batería del vehículo

Las más comunes en esta época del año tienen relación con el funcionamiento de la batería, que representa un 23 por ciento del total. Esto es debido a que las bajas temperaturas, ligadas a un mal mantenimiento por no acudir al taller regularmente, imposibilitan el arranque. Además, si tiene más de 3 años de antigüedad, a pesar de no haber ocasionado ningún problema durante el verano corre el riesgo de quedar inhabilitada. Por ello, CEA aconseja comprobar la carga de la batería antes del invierno o cambiarla, si fuera necesario.

Igualmente realizar un mantenimiento sencillo para que la batería cumpla su periodo regular de vida de 4 ó 5 años. Esto incluye verificar el estado del alternador, pues si no genera suficiente energía no recargará correctamente la batería.

Además, en caso de quedarse «tirado», nunca está de más llevar un juego de pinzas en el coche, además de un equipamiento adecuado. Esto nos sacará del apuro hasta que llevemos el vehículo al taller para proceder a su cambio.

No obstante, los fallos en la batería no son los únicos causantes de las averías durante el invierno, pues el 16 por ciento de los conductores asegura que su vehículo se ha parado mientras circulaba, mientras que el 15 por ciento de las indecencias estuvieron causadas por fallos de funcionamiento del motor. Sin embargo, solo un 6 por ciento de las ocurrencias fue debida a problemas eléctricos.

A todo ello, circular con precaución y poner atención a las condiciones del entorno son fundamentales. CEA recomienda los siguientes consejos útiles para conducir esta temporada:

- Viento: El 4,5 por ciento de los accidentes por mala meteorología se atribuyen al viento. Cuando sopla excesivamente, se debe aminorar la velocidad y sujetar con firmeza el volante, especialmente si se está adelantando a un vehículo de gran tamaño. En estas situaciones, mantener un elevado número de revoluciones en el coche para que la fuerza del motor ayude a mantener la trayectoria.

- Lluvia: 7 de cada 10 accidentes con mal tiempo tienen lugar con lluvia. El coche puede producir el llamado efecto aquaplaning, que es uno de los más peligrosos (deslizamiento y descontrol del coche). Si se ha producido, levantar suavemente el pie del acelerador y sujetar con fuerza el volante, pero nunca frenar.

- Niebla: conlleva el 3,4 por ciento de los accidentes con mala climatología. Al igual que con lluvia, es un gran impedimento para una conducción segura. Lo primero que se debe hacer al circular por una zona de bancos de niebla es aumentar la distancia de seguridad, reducir la velocidad, encender las luces antiniebla y circular fijándose, principalmente, en las líneas de la carretera.

- Nieve y hielo: responsables del 3,1 por ciento de accidentes en condiciones adversas. Al pasar por una placa de hielo, levantar suavemente el pie del acelerador, no frenar, dirijir el volante hacia el lado hacia donde se va la parte trasera del coche. Si el vehículo tiene ABS, el sistema actuará de forma que la pérdida de control sea menor. No poner el freno de mano ante heladas fuertes, pues las pastillas pueden quedarse pegadas a los discos.

- Cadenas: para transitar por carreteras nevadas es imprescindible el uso de cadenas. Circular, si las hay, por las roderas que hayan dejado con anterioridad otros vehículos. En caso de descendimiento por pendientes, hacerlo a velocidad muy reducida y utilizando el freno lo menos posible, jugando con una velocidad corta que retenga el coche. Con cadenas instaladas el funcionamiento del vehículo puede variar. Por tanto, evite frenar y acelerar bruscamente y nunca circular a más de 50 km/h ni por terreno sin hielo o nieve.

- Neumáticos de invierno: acortan la distancia de frenado y ofrecen el máximo agarre, dirección y tracción cuando circulamos con temperaturas iguales o inferiores a los 7º C. En estas condiciones, las cubiertas normales o de verano pierden eficacia, pues la goma se endurece, se adhiere menos y alarga la distancia de frenado.

- Acudir al taller y revisar el vehículo regularmente: sistema de refrigeración y nivel de líquido anticongelante son esenciales en esta época.

- Estudiar el trayecto con antelación y conocer rutas alternativas, dónde comer, repostar e incluso dónde dormir.

- Informarse adecuadamente de las condiciones meteorológicas y de la situación de la ruta elegida. Evitarlos desplazamientos por carretera en las zonas afectadas por la nieve.

- Circular por carreteras nacionales y en horas diurnas, en vía desdoblada, circular por el carril derecho. Evitar viajar por la noche por carreteras secundarias.

- Atención a las indicaciones de la señalización de la carretera y la información de los paneles de la vía.

- Llevar el depósito lleno de combustible y equipamiento adecuado (ropa de abrigo, guantes y calzado resistente al agua).

- Mantener la distancia de seguridad con el vehículo precedente. No adelantar, salvo que se trate de vehículos extremadamente lentos y que se disponga de amplio espacio libre al frente.

- Utilizar correctamente el alumbrado

- Dejar los limpiaparabrisas levantados al estacionar, lo que evitará que el peso de la nieve los rompa. Igualmente es recomendable llevar un rascador de hielo.

- En caso de detención del vehículo, hacerlo siempre fuera de la calzada o en el arcén