El Plan de Cultura para salvar la Vega Baja, a punto

Seis años y medio desde la paralización del proyecto de Vega Baja , la zona se encuentra prácticamente como en julio de 2006, cuando el expresidente José María Barreda, en medio de la polémica por la macrourbanización del Pocero en Seseña, decidió poner punto y final al proyecto urbanístico de más de 1.300 viviendas en la zona. Aunque se realizaron varias campañas de excavación en estos años, con cuadrillas que iban menguando año tras año, exposiciones y congresos, la extinta empresa Toletum Visigodo, -que desapareció en junio de 2012- centró sus esfuerzos, sobre todo en la última etapa, en reordenar viales y zonas como el entorno del Circo Romano. Sus resultados han sido muy cuestionados, pese a que hay múltiples informes y expedientes sobre las excavaciones que están empolvándose en el Museo de Santa Cruz.

Lo que sí ha quedado en el olvido es el megalómano proyecto del Museo de la Vega Baja para el que se convocó un concurso internacional, que ganaron los prestigiosos arquitectos Emilio Tuñón Álvarez y Luis Moreno Mansilla, titulado «El cuadrado y la cruz».

Desde hace dos años, cuando se realizó la última jornada de Puertas Abiertas en la primavera de 2011, la Vega Baja está parada arrastrada por la crisis económica y pendiente también de los cambios políticos que obligaron a disolver la empresa Toletum Visigodo para afrontar una nueva etapa más realista con los tiempos que corren.

Ahora, está a punto de presentarse el Plan de Vega Baja que ha diseñado el actual Gobierno de Castilla-La Mancha, una proyecto que está liderando el director general de Cultura, Francisco Javier Morales Hervás, arqueólogo de profesión. Y aunque las relaciones entre el Ayuntamiento y la Comunidad autónoma no pasan por sus mejores momentos, en este asunto parece que están acercando posturas. Así, el concejal de Cultura, Jesús Nicolás, reconoció a ABC que están a punto de presentar un proyecto en el que ambas instituciones van a ir de la mano, un acuerdo para avanzar en las excavaciones y en el futuro de este yacimiento.

No obsante, el Gobierno regional ha sido muy crítico con la gestión de Vega Baja, que consideran «errática». Morales Hervás conoce, como arqueólogo, la importancia de Vega Baja y ha liderado el diseño de un proyecto para recuperar la antigua capital del Reino Visigodo. Se trata de un plan de actuación que diviría las más de treinta hectáreas de Vega Baja en tres partes: espacios de limpieza y acondicionamiento, de protección y otra dedicada a lar reserva arqueológica de gran valor. En este proyecto se incluirán paseos para que el visitante y el toledano conozca el yacimiento. La prioridad, ahora, es preservar los restos encontrados y los futuros. Y, sobre todo, que Vega Baja deje de ser un erial lleno de rastrojos y hierbajos silvestres.