Muy bueno lo tuyo, Barreiro

Salvo la cabecera de una revista que yo suelo leer en la red, todavía está por definir qué cosa sea la retranca y si su naturaleza remite a la actitud o a la aptitud, a la acción o a la reacción, a la defensa o al ataque, a lo tácito o lo expreso. Un concepto, ya se ve, difuso y confuso. De ahí que sea difícil discernir si Barreiro quiso hacer la apología o el reproche de Núñez Feijóo, como cuando aquella vez se declaró deudor, discípulo y admirador de Cacharro y luego, a los quince días, le asestó lanzada de moro muerto. O sea, que si yo fuera el presidente de la Xunta encargaría inmediatamente una cota de mallas a la medida y reforzaría mi servicio de guardaespaldas. Eso, y una red para el batacazo, que es lo que por las alcantarillas del subtexto le augura esta figura tribunicia.

Barreiro, que se aplicó concienzudamente a pulverizar su partido en su provincia y que tan bizarramente llegó a todo (incluso a la portavocía senatorial), se ha revelado ahora como un gran retranqueiro, y por eso los organizadores del festejo lucense han tenido el acierto de encargarle un pregón en forma de entrevista. Lógico: se trata de una autoridad en la materia.