Bieito Rubido: «España es uno de los países con la autoestima más baja del mundo»

Frente a ello, el periodista gallego ha concentrado en una ilustrativa anécdota buena parte de los problemas que padecen los españoles: «El pequeño Nicolás es la metáfora de lo que estamos sufriendo porque se cree a quien adopta una posición falsa y no se cree en los valores». La crisis de estos últimos sí le preocupa especialmente. Lo ha apuntado ante un salón de actos que llenó sus dos plantas con más de dos centenares de asistentes. En él ha trazado su diagnóstico de los males de los medios de comunicación , íntimamente ligados en su opinión a los del país.

Rubido ha sido presentado por Armando Fernández Xesta, su «gran maestro periodístico», quien hace ya 35 años percibió, en medio de un percance automovilístico nocturno, que en aquel joven «que entrevistaba todas las semanas al alcalde» había una prometedora carrera periodística. Juan José Medín, hoy presidente de la institución anfitriona, ha recordado los años del director de ABC como estudiante en una residencia madrileña, «crítico, socarrón y devorador de periódicos».

Ante el alcalde de La Coruña, Carlos Negreira, la conselleira de Traballo, Beatriz Mato, y la delegada de la Xunta en la provincia, Belén do Campo, además de representantes de la vida social y cultural local, Rubido ha enumerado la «conjunción fatal» actual donde se entremezclan crisis financiera, de populismos, de corrupción, de autoestima y la tan relevante de valores. También se ha referido a las de la prensa: de nuevo económica, de tamaño, modelo y ansiedad.

«Sobran la mitad de los periódicos, emisoras de radio y televisión», ha pronosticado. Como ejemplo, ha apuntado que en España existen el doble de cabeceras que en Francia y sin embargo hay «difusiones bajísimas». Eso sucede en plena colisión de lo digital y el papel , donde alienta a apostar por «las buenas historias bien contadas». Lamenta, no obstante, que «el periodismo malo no tenga castigo y que el bueno no tenga premio».

En pleno debate sobre la corrupción, ha rechazado que este fenómeno se da más en España que en su entorno pese a que celebra que «el Estado de Derecho está funcionando». Le inquietan «los populismos de extrema izquierda y nacionalistas que al socaire de la crisis dan soluciones fáciles y que ya fracasaron a problemas difíciles». Ha alabado la seguridad existente en España, su esperanza de vida, sus kilómetros de AVE, su calidad de vida... Y ha señalado que no hay embajador extranjero en Madrid que quiera marcharse: «Somos un premio en la carrera diplomática».