La Xunta acusa al Gobierno francés de lanzar una alerta sanitaria sin pruebas
El Gobierno galo culpabiliza al mejillón gallego de una intoxicación masiva. Mientras, Mar asegura que los controles son extremos y Quintana reprocha a los franceses que no esperen a tener los resultados de los análisis para señalar culpables
p. abet
Con el 90 por ciento de los polígonos mejilloneros cerrados a causa de la marea roja, al Gobierno gallego le toca lidiar ahora con una nueva alerta sanitaria procedente del país galo. Y es que, tras detectar una intoxicación masiva en sus tierras, las ... autoridades francesas emitieron esta semana una advertencia a su población poniendo en solfa la salubridad de los moluscos extraídos en las rías gallegas. Una alarma infundada, según afirmó la titular del departamento do Mar de la Xunta, Rosa Quintana, que aclaró que los vecinos del norte «ni siquiera tienen los resultados» de los análisis que verificarían o no la vinculación de los mejillones gallegos con la intoxicación de unas sesenta personas hace unos días.
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Visiblemente molesta por la acusación proveniente de Francia — en mayo de 2013 hubo otra alerta de iguales características que finalmente no se pudo confirmar—, la conselleira del ramo defendió los controles a los que son sometidos los bivalvos que llegan al comercio y aseguró tajante que «no es posible» que un mejillón en mal estado saliese de las bateas gallegas y llegase al mercado francés. «Da la sensación de que lo fácil es achacar una intoxicación a un producto español sin investigarlo a fondo antes» , expuso Quintana al tiempo que recordaba que las analíticas que los mejillones gallegos deben superar antes de su entrada en el mercado son diarias. De ahí que desde Galicia se lance un mensaje de tranquilidad a todos los consumidores —ya sean nacionales o extranjeros— reiterando la calidad del mejillón de las rías y los procesos de control que éstos deben superar dentro de la Comunidad.
Acusaciones apresuradas
A propósito de la alerta que Francia decretó sin haber confirmado antes si el causante de la intoxicación es un mejillón, desde Galicia censuran la premura con la que la que las autoridades francesas acostumbran a actuar ante este tipo de incidentes. «Se está convirtiendo en un procedimiento, por desgracia, bastante frecuente —aseguran desde el Gobierno gallego— que ante cualquier problema de intoxicación de la UE lo primero que se haga sea vincularlo con un consumo de un alimento procedente de Galicia».
A falta de conocer los resultados de los análisis que Francia está llevando a cabo para detectar el origen de la intoxicación, Galicia también ha puesto en marcha los suyos propios para demostrar que ningún mejillón en mal estado llegó al mercado por los cauces legales. Prueba de ello —insisten— son los férreos exámenes que los moluscos deben aprobar antes de salir de unas bateas que en las últimas semanas permanecen cerradas, en su mayoría, debido a la propagación de una toxina que tiñe el agua de rojo y que puede provocar problemas digestivos en los humanos que la consuman. La buena noticia, relajaban ayer el tono desde el departamento de Mar, es que la toxicidad empieza a remitir y la reapertura de los polígonos parece inminente en plena campaña mejillonera. Así, los resultados aportados por Intecmar ayer reflejaban un «descenso significativo» de las células de las especies fitoplanctónicas que producen la toxicidad en el mar, por lo que las aguas se irán analizando día a día para abrir polígonos en cuanto se pueda.
Al cierre de esta edición permanecían cerradas el 40 por ciento de las zonas marisqueras y el 88 por ciento de los polígonos de mejillón. Una situación que, de dilatarse en el tiempo, provocaría un desabastecimiento de los mercados en un período límite de diez días, según representantes del sector.
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