El exnúmero 2 de «Pachi» recalca su discrepancia con la deuda del PSdeG

Pero las cifras, resultado de un informe realizado por la Ejecutiva de José Ramón Gómez Besteiro, no acaban de convencer a los «pachistas», que en ese comité se revolvieron ante unos números que dejan su gestión durante los últimos cuatro años en un pésimo lugar. Fue el exnúmero dos de Vázquez, Pablo García, quien, a puerta cerrada, desmintió la deuda millonaria ante el líder de los socialistas gallegos, al tiempo que se ofreció a aclararle las cifras y lamentó la publicidad que se le había dado a la contabilidad de la formación.

Los reproches trasmitidos en privado contrastan con la prudencia demostrada en público, pues ante los medios de comunicación García evita las preguntas al respecto. Aunque con sus escasas palabras dice más de lo que calla. Cuestionado este lunes por si tuvo la oportunidad de reunirse con Besteiro para revisar las cuentas —tal y como deseaba «Pachi», pese a que la dirección cerró la puerta a ese posible repaso alegando que los datos habían sido remitidos al Tribunal de Cuentas para su «fiscalización»—, el diputado atajó: «No tengo nada nuevo que decir de momento ni nada que comunicar. Me remito a lo que dije en el comité nacional y, si en algún momento tengo que decir algo diferente, lo diré sin ningún problema, pero de momento no tengo ninguna novedad con respecto a eso».

De las palabras del exsecretario de Organización de la formación socialista se extrae que, por un lado, se reafirma en sus discrepancias con la contabilidad oficial y, por otro, que no desecha cambiar de opinión si los números no le dan la razón.

En todo caso, el antiguo equipo del de O Carballiño lo tiene claro y así lo manifestó él mismo en la última reunión preparatoria del pleno en el Parlamento gallego. Ante los 17 diputados socialistas aseguró que cuando dejó el puesto de mando, la deuda no alcanzaba los 900.000 euros.

Este desfase de más de un millón de euros entre su contabilidad y la de la nueva dirección se explica, en parte, por achacar como deuda «la hipoteca de la sede» de O Pino, que se formalizó a finales de los años 80, recordó Vázquez ante los suyos.