«Toca ser generosos y elegantes; mi disponibilidad es máxima»

—¿En dos meses, en la cúpula se han registrado 16 dimisiones y hoy solo la conforman cuatro miembros. ¿Cómo se le explica esto a la gente?

—Dicho así es difícil de explicar, pero yo soy optimista. Lo que ocurrió fue un proceso democrático, de toma de posición por la alianza de las europeas. Hubo un grupo de la Comisión Permanente que defendió una política de alianzas que no fue avalada por la militancia y hubo una dimisión, sobre la que tengo el máximo respeto. Ahora, lo que nos toca a los que avalamos esta política de alianzas es asumir la responsabilidad. Se abre un horizonte, soy optimista y tengo absoluta tranquilidad sobre lo que puede pasar.

—Dice que ahora toca «asumir la responsabilidad». ¿Desde la distancia o volviendo a la dirección?

—Eso lo tendrán que decidir los compañeros de la coordinadora, pero mi disponibilidad es absoluta. No queda otra que ser coherentes con la posición defendida, corresponsabilizarnos e intentar gestionarla. Ahora lo que habrá que elegir será una nueva Permanente que tenga la responsabilidad, sobre todo, de gestionar el proceso de las europeas. Y ahí, mi disponibilidad es máxima.

—Da la sensación de que la votación se convirtió más en una guerra fratricida que en una elección de las bases.

—Después de muchos meses, yo tuve una sensación de orgullo al ver que se habilitaban 40 urnas en Galicia, que se votaba en todas las localidades y lo hacía más del 70% de la militancia de una organización que es muy joven. Ahora toca ser generosos y elegantes.

—Una victoria en la que la posición pública de Beiras inclinó la balanza.

—Creo que Xosé Manuel es una persona que tiene una centralidad en la izquierda gallega y sería iluso pensar que no la tiene en Anova. Yo soy de los que piensa que tuvo influencia, pero también que él hizo un posicionamiento con todos los datos y pensando lo que era mejor tanto para la izquierda gallega como para Anova.

—¿Por qué cree que es mejor una alianza con la izquierda federal y no un frente amplio nacionalista?

—En su momento, desde Anova explicitamos una posición de frente amplia. Pero yo, que participé en la mayoría de las conversaciones, llegué a la conclusión de que, si bien es absolutamente necesario un frente amplio con las fuerzas nacionalistas y de la izquierda federal, a día de hoy esa posibilidad estaba muy verde. Quedaba la opción de integrar el discurso identitario en la izquierda federal y reeditar AGE o ir a otra posible alianza en el entorno BNG-Bildu. Por coherencia con la propuesta hecha por las autonómicas y para visibilizar que el nacionalismo de izquierdas puede también convivir con la izquierda federal, opté por esa posición.

—¿Era viable entrar en la candidatura acordada ya entre BNG-Bildu?

—Sería como asistir como invitado de piedra a una alianza que ya está configurada y explicitada socialmente.

—¿Cree necesario convocar una asamblea extraordinaria?

—No desecho que una Asamblea Nacional sea necesaria, pero entiendo que sería mejor realizarla después del proceso de las europeas, que fue para lo cual se posicionó el conjunto de la militancia y para el cual tenemos un mandato que gestionar.

—¿Tiene miedo de que Anova pueda morir por el camino?

—Creo que no estamos exentos de reproducir modelos de los cuales huimos, pero también estamos haciendo un planteamiento valiente en la medida que estamos arriesgando con nuevas maneras. Y eso nunca sale barato.

—¿Quiere ser eurodiputado?

—Estoy muy lejos de esa posibilidad. En estos momentos lo que hace falta es relanzar el proyecto de Anova. Luego, la formación tendrá que buscar a la persona que entienda que es el mejor candidato para representar a Galicia.

—¿Y si los compañeros consideran que usted es esa persona, iría?

—[Medita]. Ese es un posible sobre el cual no me instalé a día de hoy porque espero que seamos capaces de valorar otras alternativas. No creo que mi cuestión personal sea un condicionante para la organización en este proceso.