La España más solidaria, la otra cara de la tragedia ferroviaria en Santiago

Los vecinos de Angrois , la localidad cercana a Santiago de Compostela donde descarriló el tren, salían desde la madrugada de este miércoles en masa de sus casas para ayudar en lo que fuera. «Estamos acostumbrados a oír pasar trenes, pero lo de ayer no era normal», aseguraba una de las lugareñas. En sus manos no cabían más mantas. No era la única, muchos seguían sus pasos. Desde la carretera, donde inexplicablemente cayó uno de los vagones, l as mantas para tapar a cadáveres y heridos caían en riada . «Cualquier ayuda es poca», señalaba un hombre al ver a los periodistas hablar con la mujer.

Héroes anónimos

Son algunos de los héroes anónimos, voluntarios, que deja esta tragedia que colaboraron con los servicios de emergencia, fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado, Cruz Roja... quienes sin pensárselo dos veces saltaron a las vías cuando se confirmó el impacto y comenzaban a romper ventanas para excarcelar a quienes daban las primeras señales de vida.

Desde el centro de la ciudad compostelana y el resto de urbes gallegas quienes no se acercaron a la zona del siniestro lo hicieron a los hospitales para donar sangre. Una ayuda espontánea que pronto cubría las necesidades de sangre.