Pescanova colocó facturas falsas a la banca para conseguir fondos
Sabadell, Novagalicia y Deutsche Bank, entre los estafados por esta «ingeniería» contable

Pescanova, actualmente en concurso de acreedores, emitió facturas falsas y las colocó a varias entidades financieras españolas para conseguir financiación extra y ganar tiempo. Así lo han confirmado a ABC fuentes bancarias del máximo nivel. Entre las entidades afectadas estarían, al menos, Banco Sabadell, el máximo acreedor de la pesquera, Novagalicia, el segundo, y el alemán Deutsche Bank. No obstante, fuentes conocedoras de la operativa sostienen que ésta ha sido «generalizada, con casi todos los bancos con los que ha trabajado Pescanova».
La «ingeniería» contable puesta en marcha por la multinacional pesquera ha estado operativa hasta la declaración oficial de la suspensión de pagos y, siempre según las mismas fuentes, había adquirido tal inercia que llegó a convertirse en una auténtica estructura financiera paralela.
Además de las facturas falsas, generalmente cruzadas entre el entramado de filiales del grupo, la banca acreedora ha detectado más irregularidades en sus operaciones con la entidad gallega. La compañía utilizó también varias líneas de «factoring»: el banco adelantaba el importe de la factura y, una vez vencido el plazo, Pescanova se la cobraba al cliente. Cuando el banco descubría el fraude, la pesquera se excusaba aludiendo un error. Con esta táctica, que se repetía con periodicidad, Pescanova conseguía ganar unos meses de liquidez que podían ser vitales.
Algunas entidades afectadas han cubierto estos agujeros con los depósitos que exigían a la empresa como garantía de las líneas de créditos y en otros casos, Pescanova reembolsaba las cantidades.
La pesquera gallega también habría recurrido a otras irregularidades contables para conseguir liquidez, como el endoso de derechos de cobro inexistentes. Según las fuentes consultadas, empresas que ya no eran clientes de Pescanova recibieron comunicaciones de entidades financieras en las que se les reclamaba el pago de unas deudas irreales, en algún caso hasta más de un año después de la última compra realizada a Pescanova. Todo para ganar dinero y tiempo: la multinacional pesquera hacía caja y confiaba en poder solucionar la situación antes de esas deudas ficticias vencieran.
ABC ha pedido a Pescanova su versión de los hechos, pero la empresa ha declinado realizar comentario alguno. La pesquera, cuya deuda ronda los 3.000 millones de euros, está en manos del Juzgado de lo Mercantil número uno de Pontevedra, que, a petición de la CNMV, ha encargado a Deloitte la administración concursal.
Recurso del presidente
Precisamente, ayer Pescanova presentó un recurso de reposición contra la decisión del juez de apartar de sus funciones al consejo de administración de la compañía, encabezado por el presidente, Manuel Fernández de Sousa, porque «la resolución no valora adecuadamente las gravísimas consecuencias que resultarán de la drástica decisión». El escrito sostiene que se ha encomendado «a un consultor» la «imposible tarea de gestionar un grupo de una dimensión y complejidad (...) que exige la posesión de una experiencia cualificada».
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