El ladrón del Códice dice haberse sentido «maltratado y humillado» por el juez Taín
La defensa presenta una queja ante el Tribunal Superior de Justicia con el objetivo de apartar al magistrado de la causa
e. PÉREZ
Tras seis meses en la prisión coruñesa de Teixeiro, Manuel Fernández Castiñeiras, salía ayer en libertad después de que la Audiencia Provincial de La Coruña aceptase el recurso presentado por la letrada Carmen Ventoso el pasado mes de noviembre, a la espera de que se ... fije la fecha del juicio. Entre las medidas cautelares, el electricista, ladrón confeso del Códice Calixtino, deberá comparecer todos los lunes ante el juzgado de instrucción número 2 de Santiago y no podrá acercarse a la Catedral ni a ninguno de sus edificios, incluidos los anexos. Se entiende así que no hay riesgo de fuga una vez ordenado que se le retire el pasaporte. Tras la noticia que ayer sorprendía la actualidad gallega, las miradas se centran ahora en el juez instructor del caso, José Antonio Vázquez Taín.
Las imágenes del interrogatorio no dejan a nadie indiferente. «Humillado y maltratado», así dice sentirse Fernández Castiñeiras, que deja constar su malestar en una carta al Consejo General del Poder Judicial. Mientras, su defensa alega «coacción» por parte de Taín y así se lo ha hecho saber en una queja al Tribunal Superior de Justicia de Galicia. Alega indefensión por parte de su cliente por cerrar el caso sin resolver sus recursos, una actuación con la que pretenden apartar al magistrado del procedimiento judicial.
La abogada también denuncia que no se haya contestado a su solicitud de nulidad de las grabaciones efectuadas en la Catedral de Santiago. Carmen Ventoso solicitó además la nulidad de las declaraciones del acusado «por el trato que recibió en los interrogatorios durante la instrucción del sumario», y su libertad por detención ilegal, al haberse superado las horas, a lo que tampoco ha recibido contestación, criticó.
Fernández Castiñeiras tilda de «mala persona» al ex deán de la Catedral, José María Díaz y de «despistado». Lo hace ante preguntas como «¿Cómo hacía para coger el dinero? ¿Tenía la llave? ¿4.200 euros para el taller? ¿quién era el despistado usted o él?». Vázquez Taín interroga de forma incisiva al presunto ladrón del Códice -se encontró en un garaje propiedad de Castiñeiras durante uno de los registros practicados durante la investigación-. Cargado de ironía, Taín afirma durante la toma de declaración: «Claro, le veían a usted cara de San Pedro y le daban todos las llaves». Previamente, el electricista reconocía que practicó el robo del dinero y del manuscrito del siglo XII, abriendo la caja fuerte con su propio juego de llaves.
En la papelera de su casa guardaba parte del botín, en ella fueron localizados cerca de un millón de euros. «Imagínese que a su mujer -también imputada junto al hijo de ambos- se le da por tirar la papelera, le da otro ictus -padeció uno en 2005-», le espetó Taín. «Bueno cada uno tiene sus manías», contestó Castiñeiras, quien insistió que los 4.200 euros en efectivo que portaba durante su detención era una práctica habitual para pagar el taller. «Tendrá que cambiar de coche si visita habitualmente el taller y se gasta esas cantidades de dinero», era la respuesta del juez. El tono «despectivo» utilizado por el magistrado, a juicio de Ventoso, es «contraria a la ley de enjuiciamiento criminal».
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