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Un policía afirma que la acusada del accidente de Blasco Ibáñez se saltó 6 semáforos en rojo e iba a 80 o 90 km/h
El agente, encargado de elaborar el atestado del accidente, ha aclarado que el coche de la joven tenía puesta la cuarta marcha y en la guantera habia una botella de whisky
Un policía afirma que la acusada del accidente de Blasco Ibáñez se saltó 6 semáforos en rojo e iba a 80 o 90 km/h
El policía encargado de elaborar el atestado del accidente registrado en la Avenida Blasco Ibáñez de Valencia en noviembre de 2010, que se saldó con dos jóvenes fallecidos y otro herido, ha afirmado en su declaración ante la jueza que ... la acusada del siniestro se saltó hasta seis semáforos en rojo y que instantes antes de chocar contra el vehículo en el que iban las víctimas podría circular entre los 80 o 90 kilómetros/hora (km/h), en un tramo en el que se debe ir como máximo a 50.
El agente se ha pronunciado en estos términos durante su declaración, en calidad de testigo , en el juicio que se sigue contra la joven B.G.S ., quien s e enfrenta a cuatro años de prisión , tal y como solicita la fiscal, por dos delitos de homicidio por imprudencia grave, un delito de lesiones por imprudencia grave, y un delito de conducción con temeridad. Asimismo, en la vista también figura como acusado su padre , en calidad de responsable civil subsidiario , ya que es el dueño del coche siniestrado y el titular del seguro. Se trata de la segunda jornada del juicio, ya que la primera tuvo lugar la pasada semana, y en la misma, la acusada afirmó que ese día «solo» tomó dos tercios con una amiga y destacó que no conducía «en plan loca» saltándose semáforos.
Hoy ha sido el turno de agentes de Policía Local que se encargaron del caso y elaboraron el atestado. Éstos han confirmado que la joven dio positivo en el test de alcoholemia --que arrojó un resultado de 0,35 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, cuando lo permitido para su caso eran 0,15, ya que se trataba de una conductora novel--; y han señalado que circulaba a una velocidad superior a la permitida.
Sobre este último punto, el agente que elaboró el atestado ha declarado que, en base a los vídeos sobre el siniestro, al estado en que quedaron los dos coches que colisionaron, y a su experiencia de más de 28 años en el cuerpo policial, estima que la joven podría haber alcanzado los 80 o 90 km /h instantes antes de chocar contra el otro vehículo. El agente ha hecho estas estimaciones tras visionar en la sala un vídeo en el que se pueden ver los semáforos y la acusada mientras circulaba por Blasco Ibáñez hasta que colisionó. «La acusada circulaba a una velocidad manifiestamente superior a la permitida», ha indicado, y ha mostrado cómo adelantaba a otro coche y, además, cómo tuvo que esquivar a otro más para evitar colisionar segundos antes del accidente.
Así, ha relatado que en algún trayecto podría circular a 70 km/h, en otro a 61, y cree que en el momento en que chocó, la velocidad podría haber ascendido hasta los 80 o 90 km: «se ve claro un exceso de velocidad , y a menos de 80 o 90 km esto no hubiera podido pasar». Al respecto, ha recordado que como consecuencia del golpe, saltó la batería del motor del coche en el que viajaban las víctimas y se desplazó hasta unos 66 metros.
Los airbag y la botella de whisky
Este agente, quien también ha confirmado que en el coche de la acusada habían saltado los airbag , y que había una botella de whisky en la guantera , ha explicado que el día del accidente los semáforos de la Avenida Blasco Ibáñez funcionaban «correctamente», y ha dicho que tras el siniestro, comprobaron 'in situ' el funcionamiento de los semáforos del cruce, y se percataron que mientras uno estaba en rojo, el otro estaba en verde.
Tras ello, a los días también recibieron unos vídeos de Tráfico y tras examinarlos ha confirmado que el vehículo en el que iban las víctimas sobrepasó el semáforo en verde , mientras que el de la acusada estaba en fase roja . «Y he comprobado estas imágenes cientos de veces», ha apostillado. En total, ha afirmado que la joven se saltó seis semáforos en rojo y sobrepasó otro en ambar. Sobre las pruebas de alcoholemia, cuestionadas por los letrados de las defensas, el agente ha ratificado que se realizaron de forma correcta, y ha agregado que el trato que dio a la acusada fue de «respeto» y «exquisito».
En esa línea, el testigo ha señalado que cuando vio a la joven , lo primero que hizo fue preguntarle cómo estaba, y después su padre, que estaba allí, se interesó por lo que había ocurrido. Ella, según ha narrado el agente, a él no le preguntó por el accidente y ha indicado que se interesó varias veces por su cicatriz y por su teléfono móvil , que no aparecía: «lo repitió varias veces», ha dicho. Tras ello, le pidió practicarle la prueba de alcohol por aire aspirado con un etilómetro digital, y se le advirtió que de no someterse podría incurrir en un delito de negativa a someterse a la prueba. Así, accedió con el consentimiento del padre. Y a la tercera o la cuarta vez de soplar, dio un resultado de 0,35. « Era muy evidente que no podía soplar, le costó », ha dicho.
«¿Qué clase de descerebrado»
Al dar el resultado positivo , ha comentado que se lo enseñó tanto a ella como a su padre y al inspector que le acompañaba, pero ha defendido que no alardeó de ello --tal y como declararon la acusada y su padre en la primera jornada del juicio--. «¿Qué clase de descerebrado podría hacer algo así?», se ha preguntado. Tras ello, le solicitó que se sometiera a una prueba de sangre para analizar el alcohol que había consumido, a lo que ésta contestó: «Ay, ¿y otra vez me tienen que pinchar?». Seguidamente, ha indicado que dio su autorización para evaluarla en una extracción que le había hecho el médico previamente. «Dieron su consentimiento --padre e hija-- tácito y expreso».
Por otro lado, otro agente que también intervino tras el accidente ha señalado que no percibió olor a alcohol en el aliento de la joven --afirmación con la que ha coincidido también otro testigo presencial del siniestro que ayudó a la joven a salir del coche--, al tiempo que ha confirmado que no se percataron de ninguna incidencia en los semáforos. Además, ha dicho que «con un golpe a poca velocidad, eso --el accidente-- no ocurre».
Por su parte, otro de los testigos que ha declarado, quien ocupa el puesto de adjunto en la unidad de Análisis Clínicos del Hospital Clínico de Valencia, donde se atendió a las víctimas, ha afirmado que la extracción de sangre a la acusada se practicó a las 1.30 horas, y ha dicho que aparece una modificación en la hora porque no se había puesto correctamente. Al respecto, le han preguntado si comprobó que era esa hora, y ha contestado que suponía que sí. Así, al ser interpelado por si lo suele comprobar en este tipo de casos, ha dicho: «en casos de accidente siempre lo compruebo».
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