Barcelona, un 2014 en la zanja

Entre el abanico de actuaciones que invadirán la capital catalana, la transformación en Glòries será la estrella. El Ayuntamiento sigue trabajando con la desaparición del anillo viario, de momento con trabajos previos de señalización y desviación del tráfico rodado y también del paso de peatones, y se prevé que en marzo se empiece a desmontar la parte sur del tambor.

En verano se retirará el resto de la estructura y si los plazos municipales se cumplen el gran armatoste de Glòries, del que tantos derribos se han planificado, habrá desaparecido en septiembre y dará paso a una zona verde y en favor del ciudadano. Un cambio urbanístico por todo lo alto.

La ansiada reforma de la avenida Diagonal, entre Francesc Macià y paseo de Gràcia, promete ser otra de las grandes protagonistas del año. Tras un intento fallido en mayo de 2010, cuando la consulta dirigida por el entonces alcalde socialista Jordi Hereu acabó resultando un auténtico fracaso, el gobierno de Xavier Trias quiere dar un giro a la avenida y que el peatón gane protagonismo frente a tanto coche y gris.

Durante este primer trimestre arrancarán los trabajos de esta arteria para mejorar especialmente los usos de sus laterales, cuyas obras durarán un año y costarán 17,5 millones de euros. Entre otros aspectos se ampliarán las aceras laterales, que pasarán a tener hasta siete metros de ancho y podrán tener terrazas, se habilitarán aparcamientos específicos para motocicletas, se hará un carril bici en la calzada y se trabajará para que la avenida ofrezca más espacio al ciudadano.

La calle Balmes también será más amable después del lavado de cara que el Ayuntamiento le está haciendo. Las obras afectan el tramo entre plaza Molina y avenida Diagonal: de momento se han empezado por la parte alta y este año se espera completar la urbanización de la plaza Molina a la plaza Joaquim Folguera. Allí ya se están realizando los trabajos de ampliación de las aceras.

Más actuaciones. A finales de 2013 arrancaron las obras de mejora de paseo de Sant Joan entre Diagonal y Gran Via. La intención es pacificar más la transitada vía, con espacios más verdes y para el ciudadano. Los trabajos, que ya se notan en la zona de Tetuán, reducirán el tráfico rodado en favor de aceras más grandes con áreas de juegos y bancos. Se prevé que los trabajos terminen a finales de año.

Además, el tramo de ronda General Mitre con Muntaner, en obras desde el pasado octubre, culminará a finales de este año los trabajos para eliminar el soterramiento de la vía rápida y convertirse en un cruce mucho más humano. Se ampliarán aceras y también el número de pasos de peatones de 9 a 15.

Por si estas fueran pocas, Barcelona prevé actuaciones a menor escala o más invisibles pero no menos importantes. Como el derribo de la antiga clínica Quirón, los nuevos carriles bici de Provença y las mejoras en los de Francesc Macià o Urgell.

También se prevén acabar las obras en la plaza Eivissa y en la estación de Renfe de paseo de Gràcia y se seguirá con los trabajos en el mercado de Sant Antoni, que están en su recta final y afrontan este año la construcción del aparcamiento soterrado.

Entre tanto ajetreo de obras, cabe destacar que habrá máquinas y operarios en Barcelona que, aún teniendo el trabajo a medio hacer, seguirán parados. Es el caso del cubrimiento de las vías ferroviarias en el entorno de la estación de Sants o la construcción de varias estaciones de la futura Línea 9, cuyo parón tiene afectaciones bajo tierra pero sobre todo en superfície.