El librero que sabía demasiado

«Este año estoy especialmente contento porque es la edición más ciudadana», explica Camarasa sobre una semana negra que suma 60 actividades gratuitas, rendirá homenaje a Andrea Camilleri y Vázquez Montalbán y acercará a los lectores a autores como Maj Sjöwall, Anne Holt, Antti Tuomainen, Alicia Giménez Bartlett, Lorenzo Silva, Juan Madrid, Alicia Giménez Bartlett, Carlos Zanón, Yasmina Khadra y Nele Neuhaus y Javier Cercas y entre otros.

Ellos serán, siempre bajo la batuta de Camarasa, los responsables de destripar el género y todas sus ramificaciones, desde los delitos contra el patrimonio artístico a la doble vida de los periodistas-novelistas pasando por la utilidad del veneno como mortífera arma literaria, los nuevos escenarios de Croacia, Noruega, Finlandia o Bilbao, los orígenes de las fichas policiales y, cómo no, los nuevos valores del género negro. «Nos gusta que en BCNegra estén los debutantes, ya que seguramente serán los grandes autores del mañana», apunta Camarasa al tiempo que recuerda el caso de la exitosa escritora alemana Nele Neuhaus, quien se autoeditó su primera novela y hoy se ha convertido en una de las grandes voces de la novela centroeuropea.

Apunta Camarasa que, pese a que en este momento no hay grandes best-sellers del género ni un nuevo fenómeno Larsson a la vista, lo cierto es que la novela negra puede presumir de un envidiable estado de forma le permite anticiparse a los acontecimientos. «Es la novela que más se acerca la realidad —explica—. Empezamos a planificar una mesa redonda sobre corrupción y, de repente, en los periódicos no se habla de otra cosa. E invitados a Yasmina Khadra para hablar de secuestros y se produce el secuestro en Argelia». relata.

Y así, anticipándose a los coletazos de la realidad e incluso preveyendo un debate sobre el incierto futuro de las librerías poco antes de que dos establecimientos de Barcelona, Catalònia y ProaEspais, echasen el cierre, es como la novela negra se reivindica como espejo del alma de la sociedad, algo que sabe bien la escritora sueca Maj Sjöwall, ganadora del premio Pepe Carvalho.

Quizá por eso Camarasa arquea las cejas cada vez que alguien insiste en levantar una barricada entre la novela criminal y la supuesta literatura en mayúsculas. «¿Acaso John Banville escribe peor cuando firma como Benjamin Black? Y ahí está, por ejemplo, alguien como Rodrigo Fresán, dirigiendo la colección de novela negra de Mondadori», asegura al tiempo que celebra que cada vez haya más editoriales —las últimas, Alfaguara y Alianza— en lanzar colecciones especializadas en novela criminal.

Cualquier cosa con tal de contradecir (literariamente hablando, claro) a Andreu Martín, otro de los nombres que paseará por la semana de novela negra con la trepidante «Sociedad negra» bajo el brazo, y responsable de esa máxima que reza que en Barcelona «se mata... pero poco».