De la Riva se solidariza con las palabras «poco afortunadas» de Cañete

Poco dado a moderse la lengua, el alcalde de Valladolid, el popular Francisco Javier León de la Riva, ha hecho gala este viernes en el acto del PP de cierre de campaña de las elecciones europeas de su fluida verborrea y se ha solidarizado con las palabras del candidato de su partido al Parlamento Europeo, Miguel Arias Cañete, que propiciaron las críticas de «machista» por parte del PSOE.

«¡Qué me van a decir a mí de declaraciones poco afortunadas!», ha asumido De la Riva, entre las risas de las más de doscientas personas reunidas en el hotel Felipe IV y con la ministra de Agricultura y sucesora de Cañete, Isabel García Tejerina, como estrella.

«No le voy a reñir yo», ha reconocido el regidor, que más de una vez ha sido objeto de los focos por sus declaraciones. Lo ha dicho después de reconocer que Arias Cañete «remató» un debate contra la candidata socialista, Elena Valenciano, en el que «no tuvo su mejor noche» y con el que «salimos todos un poco preocupados», con unas «declaraciones poco afortunadas».

De la Riva ha culpado de que Cañete, un «hombre -ha dicho- con facilidad de palabra» y amplios conocimientos», no rematase un buen debate a que se impuso el criterio de aquellos de «Génova» que le «llenaro de papeles», frente a los que querían que «fuese el mismo».

Y no fue el único dardó lanzado contra la sede nacional del PP, donde asumió que igual se «enfandan» con sus palabras. «Quien diseño las banderolas de Cañete se cubrió de gloria», ha espetado sin tapujos en alusión a los carteles en los que el candidato sale teñido de azul. También tuvo palabras para los del PSOE en los que, según de la Riva, ha cogido una foto de la alcaldesa de Zamora, la popular Rosa Valdeón, «la han retocado, mejorado y ahí está Valenciano».

Entre sus perlas, las relativas a la forma en la que había estado «calentando» por la tarde para saltar al terreno de juego de los actos políticos. Lo hizo, según ha dicho, con dos visitas a centros de mayores de la ciudad, en los barrios de Parquesol y Pajarillo. «Droga dura. Nunca mejor dicho».