La fábrica de sueños deportivos está en Palencia

«Todo se inició con una empresa unipersonal» recuerda Rafael, quien destaca que empezó a desarrollarse en el mundo del trofeo deportivo «porque ví que se podía hacer algo». Pallart surgió a raíz de la fusión de Pallanca y una empresa barcelonesa llamada Trocart, de ahí el nombre. Rafael recuerda que los comienzos fueron «en un pequeño almacén de Palencia», pero gracias a la unión pudieron expandirse primero por el territorio nacional y más tarde a nivel internacional.

En una situación de crisis económica como la que vive el país, son muchos los que hacen hincapié en la importancia de vender los productos en el exterior. También lo destaca Rafael, que apunta que «hemos pasado de exportar un 10% a hacerlo un 33». En este sentido, destaca que el proceso de internacionalización no ha estado exento de «traspiés, como cuando quisimos entrar en Francia o alguna complicación como las que nos encontramos con el Gobierno de Argentina». Pese a todas estas dificultades, Rafael tiene claro que «hay que abrir las puertas al exterior». Por este motivo, el siguiente reto que tienen en mente los dos hermanos propietarios de esta empresa palentina es «potenciar al máximo nuestra entrada en Italia», donde de momento facturan cerca del millón de euros.

Más allá del desembarco en el país transalpino, Rafael señala que también trabajan en muchos otros países de forma indirecta, sitios como Portugal, Finlandia, Francia, Rusia e incluso Estados Unidos «aunque sólo a nivel de clientes». Un trabajo de internacionalización que se ha divido en dos fases, según cuenta el fundador de Pallart: «Una de penetración directa y otra de comercialización, que es por la que llegamos».

Esta empresa palentina no se dedica a hacer grandes trofeos como la recién celebrada Copa del Rey -«eso lo hacen artistas como Pedro Durán o Montejo», dice-, sino «trofeos de participación», es decir, competiciones a más bajo nivel, como las escolares, donde se entregan placas, medallas o trofeos «que nosotros personalizamos para la ocasión». Como ejemplo, pone los repartidos recientemente por la Fundación Real Madrid , para los que se han encargado de grabar el escudo del equipo blanco.

Rafael calcula que durante un año pueden comercializar cerca del millón de copas y en torno a unos cuatro millones de medallas, lo que demuestra la importancia de esta empresa, que pese al éxito sigue arraigada a Palencia.