sociedad
Las creencias que todavía hay que desmitificar sobre el sexo
Veinticuatro sexólogos de toda España escriben, coordinados por la vallisoletana Rosa Montaña, un original compendio de historias para «acabar con los tabúes» que existen en torno a las relaciones
j.giles
Un grupo de 24 expertos en la sexualidad coordinados por la vallisoletana Ana Rosa Montaña han escrito el libro «Relatos eróticos escritos por sexólogos», una obra con la que pretenden «acabar con las creencias y tabúes que hay sobre este tema», tal y como explica ... la propia coordinadora. Este objetivo y la intención de animar a la gente a que «se permita el fantasear» han llevado a doce hombres y doce mujeres de toda España a escribir 27 relatos inéditos en los que explican «el sentido de cosas que hemos tenido inculcadas desde nuestra infancia y juventud ».
La codirectora del Instituto de Sexología Sustantiva de Valladolid (Isesus) señala que son muchas las creencias que tratan de desmitificar, una de ellas tiene que ver con «la infidelidad». En este sentido, Montaña anima a aquellos que han engañado a su pareja a que «no vivan con culpabilidad». En el manual también hay sitio para los relatos que hacen hincapié en la idea de acabar con «miedos» del tipo: «el sexo oral es sucio y el anal es sólo de hombres».
Además, el libro destina dos capítulos al sexo en las personas con discapacidad física o mental con el fin de acabar «con la creencia de que no tienen erótica». «Cuando hablamos de estas personas pensamos muchas veces que son niños que no crecen y hay que protegerlos», recuerda Rosa Montaña, una idea que hacía que nadie se decidiera a plantear la posibilidad de «trabajar con su sexualidad», aunque según la sexóloga «últimamente está cambiando», tal y como se recoge la película «Las sesiones» , basada también en el caso real de Mark O'Brien y los actores John Hawkes y Helen Hunt.
Montaña explica que el objetivo de los relatos y del trabajo que están haciendo es que «una persona con una tetraplejia, Síndrome de Down o parálisis cerebral tenga derecho a disfrutar de su erótica». Algo que se está consiguiendo gracias a que los profesionales, los propios usuarios «que antes no sabían que podían tener acceso a esta erótica» y los familiares «que si les protegen es porque les quieren mucho». Antes si las personas con discapacidad tenían relaciones sexuales «lo asociaban a abusos», pero ahora ven que «son capaces de decir sí o no».
Las creencias que todavía hay que desmitificar sobre el sexo
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