donación de médula ósea

Una asignatura pendiente de mejorar

Frente a los 102.000 donantes de sangre registrados en 2013 en la región, los de médula apenas superan los mil

Una asignatura pendiente de mejorar heras

diana g.arranz

España presume de situarse entre los países de la zona euro más solidaria en cuanto a donación de órganos se refiere. Sin embargo, dentro del «apartado» de la solidaridad queda pendiente un tipo de acción que, por el momento sigue sin contar con demasiadas personas ... comprometidas. La donación de médula ósea sigue sin contar con el respaldo necesario, a pesar de que en los últimos tiempos tanto medios de comunicación como redes sociales se han hecho eco de numerosos casos particulares, donde se invita a comprometerse y «regalar vida».

Los últimos datos ofrecidos desde la Consejería de Sanidad sitúan en 1.078 las personas registradas en el programa de donación de médula ósea en 2013. Cifras que, comparadas con las más de 102.000 donaciones de sangre en el mismo periodo de tiempo, hacen saltar las alarmas en torno a cuál es el motivo para esta diferencia.

Una de las hematólogas del Centro regional de Hemodonación, Sonia Pérez González, explica a ABC el proceso requerido y confirma los «escasos efectos secundarios» que supone para el donante este tipo de intervenciones. No obstante, esta profesional aboga por informarse exhaustivamente del proceso completo que debe seguirse en caso de ser donante, y «si se decide hacerlo, ser consciente de la importancia que este acto tiene», aunque por ley la persona pueda negarse a realizar el trasplante siempre que él quiera.

Empatía «ocasional»

Para Sonia, «las campañas de sensibilización donde se identifica a un sujeto en particular pueden ser muy beneficiosas y motivar a algunas personas a ser donantes». Pero por desgracia, su experiencia la ha mostrado que «en ocasiones, es la empatía lo que les lleva a actuar, y cuando son llamados nuevamente para confirmar su ingreso en el registro nacional de donantes deciden no seguir adelante».

La donación de familiares siempre se perfila como la mejor opción. No obstante, la probabilidad de que un hermano sea compatible con otro es de tan sólo el 25 por ciento, y la de encontrar otro familiar que lo sea, de menos del 5 por ciento. Cualquier persona con buena salud y una edad comprendida entre los 18 y los 55 años puede ser un buen donante. «El primer paso a seguir es conseguir una cita en el Centro de Hemodonación, donde se realizará una pequeña extracción de sangre para analizar y asegurar que no existen enfermedades que la hagan inviable», explica la doctora Pérez.

Una vez superado este paso, se deberán firmar el consentimiento, junto con un testigo, y así se pasa a la lista nacional e internacional de donantes de médula ósea. En el caso de ser compatibles con alguna persona, «existen dos modalidades de donación», aclara esta hematóloga.

Una primera, consiste en extracción de la médula ósea, «que se realiza mediante punciones en la cadera, tras haber sido anestesiado previamente». La intervención dura en torno a una o dos horas, «y el donante puede regresar a su casa en las siguientes 24 horas, con el único inconveniente de tener la zona dolorida, lo que se resuelve con analgésicos».

La otra opción, que se decide en función de la idoneidad para el receptor, es la extracción de sangre periférica. «El paciente deberá tomar un medicamento que potencia el crecimiento hematopoyético durante 4 días y, después, realizar una extracción de sangre a lo largo de entre tres y cuatro horas», explica Sonia Pérez. En ambos casos los riesgos para la salud del donante son mínimos, «salvo ligeras molestias transitorias».

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