Suscribete a
ABC Premium

confieso que he pensado

A pesar de todo, la universidad

Esa dicotomía universitaria, que en el fondo no es ni más ni menos que el reflejo de una estúpida estructura autonómica que lo duplica todo

santiago díaz bravo

Un estudio realizado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas sitúa a las dos universidades canarias entre las menos productivas del país . Cierto es que los criterios por los que se rigen éste y otros análisis similares no resultan del todo fiables, máxime porque el concepto de productividad no casa con los parámetros que deben guiar a una institución docente, pero no lo es menos que tanto la ULL como Ulpgc se hallan sumergidas en un proceso de deterioro del que pueden dar fe tanto el profesorado como los propios estudiantes, sin lugar a dudas el mejor termómetro para medir la febrilidad del enfermo.

Que la tan manida crisis tiene mucho que ver en la actual situación parece obvio, pero el proceso de deterioro comenzó mucho antes , cuando una región con evidentes limitaciones económicas, incluso en la etapa de las vacas gordas, y escasamente atractiva para lograr que recalen en ella expertos en según qué materias, se empeñó en contar con dos centros públicos de considerables dimensiones.

Aquellos a los que se le llenaba la boca arguyendo que la ULL era la universidad de todos los canarios, pero se negaban a que se llevase a cabo una regionalización real, alejada de localismos provincianos , se enfrentaron con aquellos otros a quienes, aún asistiéndoles la razón en sus exigencias primigenias, se empecinaron en tomar un camino alejado del necesario entendimiento, tardase lo que tardase. Y es que las prisas nunca han sido buenas consejeras.

El resultado de esa dicotomía universitaria, que en el fondo no es ni más ni menos que el reflejo de una estúpida estructura autonómica que lo duplica todo , empezando por la capitalidad, ha sido una merma de los recursos económicos y una endogamia docente que ha obstaculizado el necesario avance hacia una modernización efectiva.

Si a ello se une la total desvinculación entre el ámbito empresarial y el universitario, en buena medida porque las grandes corporaciones del archipiélago nada tienen que ver con la I+D, junto a los recortes en los fondos que la Unión Europea destina a la política de intercambio entre centros, nos encontraremos con un escenario gris con nubarrones negros.

La situación resulta especialmente preocupante por cuanto la inversión en conocimiento parece la única rentable a largo plazo, especialmente en un territorio donde sus principales actividades económicas se muestran incapaces de absorber la demanda de empleo. Una, la construcción, se ha desplomado por su excesivo e irreal peso; otra, el turismo, bate registros año tras año de forma paralela al incremento de la cifra de parados.

En un escenario docente idílico cabría parafrasear al mítico Humphrey Bogart: siempre nos quedará la universidad, pero puede que dicha sentencia resulte demasiado optimista en los tiempos que corren. En cualquier caso, ¿qué otra esperanza podemos albergar? Por ello, a pesar de los pesares, siempre nos quedará la universidad.

A pesar de todo, la universidad

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación